El debate presidencial causó todo tipo de impresiones, pero más allá de falsas encuestas y vergonzosas declaraciones de triunfo por parte de las candidatas, vale la pena analizar más a fondo el verdadero objeto del debate: el contraste de ideas, la calidad en los argumentos, las propuestas por un México nuevo… Y aquí resaltó la participación de Jorge Álvarez Máynez.
Realmente, Máynez realizó propuestas de altura en el tema general que fue La sociedad que queremos, compuesto por los rubros de educación, salud, transparencia, combate a la corrupción y a la violencia machista, y no discriminación hacia grupos vulnerables.
Expuso como plan el establecer un sistema de salud universal, financiado por todos y no sólo por unos cuantos, a fin de que cada persona reciba medicamentos desde su nacimiento y dio ejemplos de la exitosa implementación de dicho sistema en los estados de Jalisco y Nuevo León, con cobertura universal contra el cáncer infantil. Proporcionó también unas cifras del CONEVAL, que da cuenta que en esta administración, aumentó la población que enfrentó carencias de salud, en 2018 de 20.1 millones en 2022 a 50.4 millones de mexicanos. Propuso la utilización de la tecnología e inteligencia artificial para evitar los sobreprecios en medicinas. Mencionó el destinar el 1% del PIB a la investigación científica para prevenir y tratar enfermedades.
Respecto a los planes educativos y libros de texto, resaltó que trabajará por un sistema educativo universal y con los recursos suficientes para incidir en la educación universitaria, a través de alianzas estratégicas con universidades privadas: todo mediante el fortalecimiento de las políticas públicas. Enfatizó también el triste hecho de que actualmente no se le destina ni el 2% del gasto público a los niños entre 0 y 6 años que representan el 10% de la población
En materia de corrupción propuso evitar los “moches” con licitaciones abiertas, incentivar la transparencia y rendición de cuentas en las empresas y hacer obligatorio el 3 de 3 para políticos y para las empresas que son proveedoras del gobierno. Mencionó la importancia de construir un sistema con autoridad moral con autonomía de los poderes fácticos, al servicio de la ciudadanía y algo trascendental: su gobierno sería el primero en llegar al poder público sin haber hecho compromisos con los grupos del interés, a diferencia de una de las candidatas que inició hace más de un año su precampaña anticipada, gastando cuatro millones de pesos.
De las reformas al sistema de justicia, mencionó la gran necesidad de implementar la tecnología para acelerar los trámites en los recursos legales que interponga la ciudadanía, ayudar a desahogar el trabajo de las fiscalías y crear programas de gobierno transexenales, a fin de que la evaluación sea la que permita tomar decisiones respecto a la eficacia que han tenido los programas y políticas públicas.
Para atender la violencia contra las mujeres, mencionó su enfoque de estrategia de seguridad integral apegada a los derechos humanos y al recién aprobado en la Cámara baja Sistema Nacional de Cuidados para que las mujeres puedan prevenir dichos incidentes. Resaltó la importancia de que las autoridades juzguen con perspectiva de género y de dotar de recursos a centros de justicia e instituciones.
Recordó la ley de paternidad responsable que propuso tanto como diputado federal como local, ya que 9 de cada 10 personas que abandonan el mercado laboral para dedicarse a las tareas de cuidado son mujeres, además de las desigualdades sistémicas entre hombres y mujeres.
Se solidarizó con el grupo vulnerable que representan las personas migrantes y propuso una atención digna y basada en los derechos humanos para darles acompañamiento durante su trayecto. También urgió a reformar la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, a fin de darle presencia a las organizaciones de la sociedad civil y a las víctimas, y hacer una defensoría pública al servicio de los pueblos y comunidades.
Así, con claridad y sin ataduras, Máynez defendió con contundencia sus propuestas, y respondió abiertamente su postura frente a las libertades fundamentales de las personas, como el matrimonio igualitario y el respeto a las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Reconoció al feminismo como el movimiento más importante de nuestro tiempo.
En un contexto político donde el oficialismo utiliza todo el aparato del estado para incidir en las elecciones, tanto en recurso como propaganda (como las mañaneras…), resulta clave el escuchar a un joven comprometido, brillante, sin campañas anticipadas e ilegales y que realmente está luchando de manera lícita y genuina por unirnos a todas y todos en un México nuevo. Rescato literalmente sus palabras al despedirse en el debate “No quiero ser el primer presidente o el mejor presidente de México, quiero ser el presidente del mejor México de la historia y lo vamos a lograr juntos”.