Opinión

Sucumbe feminismo ante machismo cibernético

Sí, definitivamente “son tiempos de mujeres”. Y cómo fémina eso es algo que me gusta mucho, muchísimo

Sí, definitivamente “son tiempos de mujeres”. Y cómo fémina eso es algo que me gusta mucho, muchísimo. El otrora llamado sexo débil ha logrado avances notables en todas las trincheras habidas y por haber. Hoy más que nunca son concretas y tangibles las conquistas femeninas en todos los ámbitos. Sin embargo, el haber alcanzado y romper lo que se conoce como el techo de cristal no ha sido algo fortuito o circunstancial. Detrás de estas conquistas hay muchísimos esfuerzos (individuales y colectivos) que merecen ser reconocidos y soslayados porque van acompañados de luchas, sacrificios, sinsabores, frustraciones…

Las mujeres, aunque a muchos todavía no les encante la idea, ya estamos presentes en todas las actividades imaginables: Habemos periodistas, magistradas, astronautas, choferes de Uber, boxeadores… ¡incluso en unas cuantas semanas en este país millones de mexicanos vamos a decidir en las urnas a quien será la primera mujer Presidenta de nuestra historia!

Pero, lamentablemente, siempre hay un pero…

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Y es que, recientemente, he notado que muchas amigas, conocidas y colegas mías, a quienes considero feroces feministas, están enfrentando en silencio un fenómeno del que muy pocas hablan, me imagino que por temor a ver socavada su calidad de mujeres empoderadas: Resulta que sus parejas (esposos o novios) las controlan y las presionan para que en sus redes sociales (Facebook, Instagram, Tik-Tok, Telegram, X, WhatsApp, etcétera) limiten la convivencia cibernética con otros hombres, ya sean amigos, compañeros de trabajo, ex parejos e incluso con contactos a los que sólo conocen dentro del entorno y contexto de las mismas redes.

Sin duda alguna se trata de una nueva forma de machismo exacerbado del cual todavía no conocemos a ciencia cierta a qué nivel ya está afectando a varias mujeres porque, repito, al no hablar ellas abiertamente sobre el tema no sabemos a qué límites ya llegó. Pero, imaginen por un momento las situaciones: “¿Quién te escribió?”; “¿quién es ese tipo?”; “¿todavía tienes en tu muro de Facebook las fotografías de ese fulano?; ¿por qué, si terminaron hace años?”; “no me agrada que otros hombres reaccionen a tus publicaciones y te den ‘likes’”; “¿sabes qué?, te ordeno que lo borres y lo bloquees de inmediatamente”; “no quiero enterarme de que subes fotografías posando y exhibiéndote…”. ¡Es inaudito!

Mujeres de todas las edades y condición son abusadas, violentadas y controladas por parejas enfermas de celotipia porque éstos creen, debido a su complejo de inferioridad y baja autoestima, que sus novias o esposas les son infieles con los varones con los que coinciden en su ciberconvivencia diaria.

Señores, por favor, ¡bájenle dos rayitas a su machismo, su ego y su inseguridad! Una relación afectiva se compone de varios ingredientes esenciales (confianza, diálogo, reciprocidad y respeto). Si uno de los componentes de una pareja quiere imponer sus ideales y su voluntad por medio de la invasión del espacio individual al que todos tenemos derechos entonces es momento de considerar una separación. Todos los seres humanos somos libres y nadie tiene derecho a sentirse nuestro propietario y decidir con quien debemos o no debemos convivir.


¡Dejen de controlar las redes sociales de sus mujeres y de invadir su privacidad!

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