Propiedad Virtual

La inteligencia artificial reveló cuál es el género más infiel
Foto: (Especial) (Yuichiro Chino/Getty Images)

No deberá tardar mucho el momento en el que tengamos que proteger nuestra imagen física y tono de voz, de reproducciones no autorizadas con herramientas de inteligencia artificial. Aunque la propiedad intelectual, e incluso algunas formas de propiedad industrial, contemplan la propia imagen como un activo, el uso de un rostro o de una voz en el ciberespacio y en las distintas plataformas de redes sociales comienza a presentar desafíos que deberán ser resueltos pronto, antes de que no podamos distinguir quiénes somos.

Hace poco más de un mes, la conocida actriz Scarlett Johansson, se opuso a que una empresa de IA empleara su voz para una nueva herramienta que estaba diseñando, similar al personaje que interpretó en una popular película en la que una aplicación de audio entabla una relación romántica con el protagonista, el también conocido actor Joaquín Phoenix.

Millones de aparatos hoy se encuentran en las salas y las habitaciones del mismo número de hogares y oficinas, que responden a nuestras solicitudes con un puñado de diferentes voces que se han hecho famosas alrededor del mundo. Conocer el rostro de las populares voces que nos despiertan por la mañana o encuentran una canción de nuestra preferencia, puede ser un momento entretenido del día; hacerse de la voz de estas personas para reproducirlas para siempre, representa un conflicto no solo comercial, sino ético.

Cito otro ejemplo. Una popular bebida para deportistas acaba de estrenar un nuevo comercial con la voz y la imagen de uno de los atletas más conocidos de la historia, el basquetbolista Michael Jordan. Vocero de esa marca durante sus años deportivos y después de su retiro, Jordan habla durante el anuncio y aparece al final de éste. Nada fuera de lo normal en publicidad, salvo que el rostro que cierra no parece ser la de él, sino una recreación hecha con inteligencia artificial. Todavía podemos distinguirlo, porque los ojos y los labios se mueven mecánicamente, pero la voz es inconfundible a lo largo del spot. ¿Cuánto tiempo tardará para que tampoco seamos capaces de diferenciar su cara y otras más?

Estoy seguro de que existe un acuerdo comercial para haber llevado a cabo la recreación; sin embargo, entramos en un terreno inexplorado cuando una plataforma puede diseñar una imagen que habla como nosotros y luce como nosotros, pero no es real. Varios medios de comunicación tradicionales de los Estados Unidos han entablado demandas para restringir el uso de sus noticias y otros materiales en productos elaborados con IA.

Los mismos anuncios fraudulentos en los que aparecen personalidades, atletas y hasta mandatarios de naciones, en los que se prometen rendimientos económicos por inversiones en bonos o supuestas plataformas que permiten invertir en empresas del Estado como Pemex o la Comisión Federal de Electricidad, están sofisticándose todo el tiempo; mientras las empresas digitales consienten los anuncios, supongo, a cambio del pago correspondiente por transmitirlos.

Existe una frontera entre la realidad física y la realidad virtual que se cruza de un lado a otro todo el tiempo. Lo que deberían ser herramientas útiles para desarrollar métodos y prácticas que ayuden, por ejemplo, en campos científicos, están inclinándose hacia un punto en el que solo el interés económico, lícito e ilícito, y el entrenamiento instantáneo.

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La tecnología es la que nos ha permitido evolucionar de la forma que lo hemos hecho en el planeta. Su evolución también es la nuestra. No obstante, siempre debemos dejar claras las fronteras y los límites en el que la tecnología debe utilizarse. Vivimos, quizá, en la época con mayor acceso a la información de la historia, pero tristemente no somos los más -o mejor- informados. Ninguna herramienta, por si sola, cierra la brecha de la desigualdad y promueve la prosperidad para la mayoría.

Por eso debemos prestarle mucha atención a los derechos y a las obligaciones que comenzará a generar la inteligencia artificial. Las regulaciones y el peso de la ciudadanía son dos elementos fundamentales para aprovechar tecnología cada vez más avanzada, en asuntos y soluciones a los problemas que nos afectan, solo que siempre recordando que es con la participación de la mayoría y su compromiso, que podemos frenar cualquier obstáculo o intento de dañarnos; en lo real y en lo virtual.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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