Por Beate Heimes
“La mente y el cuerpo son partes inseparables de un sistema más grande.”
Gregory Bateson nos retó a un pensamiento inclusivo, amplio y conectivo.
Ayer tuve la dicha de ir a un lugar hermoso, natural, tranquilo, con un río vivo, con peces nativos. En la orilla había arboles de mangos, las frutas caían al piso y al agua, el dulce aroma atraía a recogerlos y a gozar el más dulce manjar. Mis amigos y yo nos acostamos en la frescura del agua sobre una roca que parecía haberse hecha para tal propósito. Observamos las mariposas de colores pasteles sobrevolando con mucha gracia, los árboles y verdes arbustos, las abejas comiendo de los mangos y los pececitos tocando nuestros pies.
La música del agua corriendo y de las cigarras nos acompañaba, el aire susurraba en las coronas de los enormes amates amarillos y blancos.
Y luego, a 3 km de este lugar paradisíaco pasamos por una carretera sin árboles, con mucho polvo. El pueblo a ambos lados del camino tiene casas construidas de bloques, basura en las orillas de la calle, desagües con olor fétido, música gritando de bocinas enormes, el clima es abrumante, temperaturas de 48 grados. Hay muchas personas en la calle, disfrutando de las nieves y los alimentos de los restaurantes típicos con lonas en la entrada, que tratan de generar un poco de sombra.
Nos compramos una deliciosa nieve de limón, coco, mamey, fresa y beso de ángel, viendo como pasaban los carros con ventanas cerradas, aires acondicionados. Pensaba adentro de mí: ¿Cómo le haré para conectar estos diferentes “mundos”? ¿Qué hago para expresar mis preocupaciones, mis miedos y angustias que me provoca nuestra forma de consumir y acabar con los recursos del agua y del suelo? ¿Me toca señalar lo que provocan los desequilibrios en nuestra forma de vivir?
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Nos encontramos en escenarios muy diferentes en nuestra búsqueda de placer, comodidad y diversión. Tal parece que hemos creado múltiples “ecosistemas humanos” para encontrar algo que estamos buscando. Como humanidad hemos sido muy creativa para generar situaciones, espacios y grandes descubrimientos, todos al servicio de algo o de alguien.
Gregory Bateson nos ha desafiado a vernos como parte de un sistema más grande, interactuando en cada momento, tratando de conscientizarnos que somos parte de un todo, y que cualquier desarmonía lleva a consecuencias para nosotros mismos, y todo lo que nos rodea. Por ende, nuestra salud mental y física está estrechamente y exclusivamente conectada con nuestro entorno directo e indirecto. El reconocimiento de esta interdependencia nos debería impulsar a cuidarnos a nosotros mismos y lo que nos rodea, amar y aceptar con responsabilidad nuestras acciones.
Una de las frases que me parecen más memorables de Gregory Bateson es “la mayor sabiduría que un hombre puede tener, es conocerse a sí mismo”.
He ahí la importancia de explorarnos, con la inclusión del medio ambiente, nuestra salud, nuestra alimentación, nuestras relaciones familiares y amorosas.
En C7 hemos desarrollado pláticas interactivas para crear consciencia, conexión y comunidad, con una filosofía humanista, favoreciendo el bienestar y crecimiento psicológico integral. Te invitamos a conocernos.
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