La victoria de Clara Brugada Molina, en acompañamiento de la histórica conquista de la Presidencia de la República por Claudia Sheinbaum Pardo, es resultado complejo de una épica definida por el esfuerzo y compromiso.
Brugada venció obstáculos muy considerables.
1) El contrapunteo entre la Jefa de Gobierno electa y el senador electo Omar García Harfuch pareció abrir en 2023 tensiones acumuladas que debilitaron en un primer momento la percepción de unidad del Obradorismo. Al concluir el proceso, y pese a todas las lecturas mediáticas en sentido contrario, se reconstituyó el proceso unitario y el ex titular de la seguridad capitalina se adhirió al respaldo de Brugada sin miramientos, especialmente en el último tramo del camino.
2) Iztapalapa siempre ha sido etiquetada por el conservadurismo como el reducto de las limitaciones socioeconómicas; oportunistamente, la oposición promovió el facilón dilema de estar a favor del desarrollo y modo de vida de la Benito Juárez en contraste con la alcaldía del oriente de la capital nacional. Brugada respondió con la idea de una mayor capacidad de gobernar demostrada si los retos superados eran mayores. Como en Iztapalapa, tanto en seguridad como en desarrollo social.
3) Tempranamente, en abril del 2023, Brugada entendió la necesidad de posicionarse en el poniente de la capital y con los empresarios. Conforme era conocida su personalidad y detallados sus objetivos, así como su cercanía con las clases medias, se derrumbaban barreras de percepción sembradas dolosamente desde la oposición sobre un falso sectarismo atribuido a ella.
4) Jorge Romero y Santiago Taboada, o sus asesores, sembraron una diversidad de mentiras superadas por Brugada, como su origen supuestamente centroamericano, una casa “de 330 pesos” y supuestos paraísos fiscales donde nunca hubo dinero de la familia Brugada, y hasta la crisis del agua quisieron asociarla a ella.
Brugada llega con un entorno lleno de oportunidades para la CDMX y el país.