Por Claudia Ruíz Ordoñez
En 2012 se funda la Sociedad Internacional de Ecopsicología integrada por varios países del mundo; y cada vez sumándose más naciones con programas de educación, investigación y propuestas psicoterapéuticas.
En 1992 Theodore Roszak, escribe el libro : “The Voice of the Earth”, donde propone los siguientes principios de la Ecopsicología:
• El núcleo de la mente es el inconsciente ecológico. Para la Ecopsicología, la represión del inconsciente ecológico es la raíz más profunda de la locura colectiva de la sociedad industrial. El libre acceso al inconsciente ecológico es el camino hacia la cordura.
• De manera que el objetivo de la Ecopsicología es despertar el sentido inherente de reciprocidad medioambiental que se encuentra dentro del inconsciente ecológico. Otras terapias buscan sanar el distanciamiento entre persona y persona, persona y familia, persona y sociedad. La Ecopsicología busca curar la enajenación entre la psique urbana, de reciente creación, y el antiguo medio ambiente natural.
• Para la Ecopsicología como para otras terapias, la etapa crucial del desarrollo es la etapa de la infancia, momento clave para desarrollar este contacto con el inconsciente ecológico.
En el año 1996, Howard Clinebell publicó el libro ‘Ecoterapia’, en donde se refería a la curación y crecimiento personal gracias a la interacción saludable del hombre con la Tierra. Clinebell prefería el concepto de ecoterapia, ya que incluye trabajo con el cuerpo, a diferencia del término de ecopsicología, que estudia las relaciones psicológicas con la naturaleza.
El término Ecopsicoterapia por lo tanto, se utiliza para distinguir un tratamiento psicológico clínico, realizado solo por psicoterapeutas, basado en los principios y prácticas de la Ecopsicología. La Ecopsicoterapia proporciona las herramientas para crear un puente que restablezca la conexión perdida con la naturaleza.
La innovación de Roszak se produjo al combinar la sensibilidad emocional de los terapeutas con la experiencia científica de los ecologistas. Este nuevo campo va más allá de la curación individual para abarcar un amplio alcance cultural de redefinir y reimaginar la relación actual de la sociedad con la madre naturaleza.
La Ecopsicología es, en su orientación social, postindustrial, y no anti-industrial. Cuestiona profundamente la cordura esencial de nuestra cultura urbana-industrial, ya sea capitalista o colectivista en su organización. Pero lo hace sin rechazar necesariamente los avances tecnológicos o cualquier medida que mejore la vida de la potencia industrial que hemos creado.
Entre las bases teóricas se encuentran la ecología, la psicología, las neurociencias, la teoría de los sistemas, la psicología transpersonal, la humanística, la psicología evolutiva, la gestalt, entre otras.
Entre las áreas de investigación de la ecopsicología se ha considerado el tema de la nature connectedness, que indica el grado en que los individuos sienten la naturaleza como parte de la propia identidad.
Los profesionales en salud mental tenemos la oportunidad de promover a través de una estrategia global, el impulso de la prescripción de la naturaleza, y su integración en los cuidados de la conservación de los espacios naturales.
La situación ocasionada por la pandemia de COVID-19 en el mundo ha generado un aumento significativo y sin precedentes de los trastornos mentales. Asistimos, no solo a una pandemia vírica, sino también a una “pandemia de salud mental”, donde la ausencia de contactos sociales unida a los procesos de duelo ante la elevada mortalidad y la falta de contacto con el exterior han afectado negativamente a la mayoría de la población.
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