En la versión que yo llamo Humanos 3.0 que tenemos el reto de construir, existen columnas fundamentales para hacer una especie de reseteo consciente en el cual la humanidad esté comprometida consigo misma para orientar los cambios que tenemos en la puerta con #EfectoPositivo. Una de ellas se trata de los VALORES, pues sin estos, no tenemos prácticamente nada de qué asirnos.
Valores como la cooperación, la unidad, la tolerancia, y la gratitud en un mundo cada vez más digitalizado, será uno de nuestros grandes desafíos. Así como cuando llegaron la radio, la televisión y el teléfono, tenemos que aprender a tomar lo mejor de los aportes de la tecnología sin que esta suplante las funciones esenciales como la convivencia, el tiempo y los vínculos de calidad.
De verdad, así como con cualquier invento del ser humano, tenemos que ser capaces de utilizarlo de las mejores maneras, con criterio, pero fundamentalmente con responsabilidad. Probablemente estemos en transiciones generacionales demasiado abruptas y rápidas, pues, ¿se ha detenido usted a pensar que quienes ahora estamos en la mediana edad ni siquiera nacimos con los teléfonos celulares, y que nuestros padres o abuelos -que algunos aún viven- ¡vieron nacer la televisión!?, así que resulta a veces muy difícil de creer para las nuevas generaciones y para quienes somos híbridos, hacer las adaptaciones en tiempos tan reducidos.
Pero lo que no debemos dejar de lado, seamos de la generación que sea, es el hilo de los valores y principios que definan lo que somos, qué queremos y a dónde vamos. Los llamados “influencers” o influenciadores ya no sólo de la opinión pública sino directamente de lo que la gente podemos llegar a creer como verdad, debe observarse con muchísimo cuidado, porque impactan directamente en las decisiones cotidianas, por lo que debemos tener aún más PRE-ESENCIA, estar presentes desde nuestra esencia, y aplicar un criterio más crítico en todo lo que vemos, escuchamos y leemos.
Esto será vital para otro de los pilares fundamentales de esta nueva humanidad, que es nuestra SOBERANÍA. Esta es justamente la pieza clave de todo lo que viene: nada, ni nadie, llámense influenciadores, o inteligencias artificiales, deben escribir en el diario de nuestras vidas, ni decirnos qué hacer, por qué hacerlo, interponiendo o imponiendo contenidos en nuestras elecciones más genuinas.
Debemos defender la soberanía de pensamiento, sentimiento, palabra, acción y movimiento de lo que somos desde lo más auténtico de nosotros, ¡y Ser! Eso es fundamental para todas las edades, y todos los habitantes del planeta. Podemos lograr cosas increíbles de manifestación de milagros como nunca antes lo hemos visto, pero sí debemos estar sumamente atentos a la conciencia con la que nos adentraremos a estos cambios.
La responsabilidad, la cordura, el balance y los valores fundamentales, no pasan de moda, y al contrario, por igual, son más requeridos hoy que nunca antes. Con brazos abiertos y conciencia expandida, demos la bienvenida a todo lo que viene.
