¡La realidad supera a la ficción! Esto es tan verdadero como nunca antes. A nivel mundial estamos siendo testigos de acontecimientos insólitos y sorprendentes, aunque algunos tristemente para no tan bien, pero, en general, muchas de las cosas que considerábamos seguras o inamovibles, están cambiando.
Ya le he platicado a usted en otros espacios sobre el llamado Kali Yuga o fin de fines de etapas humanas, y es por estos ciclos que el tiempo parece acelerarse cada vez a mayor velocidad, y también que aquellos aprendizajes no sólo de esta sino de otras vidas que hayamos tenido pendientes, parecen estar emergiendo para poderlos resolver, así que vemos suceder cosas ¡que tan sólo hace 20 años no nos hubiéramos imaginado! Muy seguramente usted, yo, y todos, lo estamos viviendo también a nivel individual.
Lo fundamental aquí es saber que todos estos movimientos de pronto tan abrumadores nos invitan a crecer, a seguir dando más, o, coloqualmente hablando, a sacar la fibra espiritual de la que estamos hechos. ¿Cómo nos damos cuenta de lo que simos capaces si no es cuando se requiere sacar las garras? Así que no son momentos de debilitamiento sino, por el contrario, de un camino franco hacia el empoderamiento y del retorno a nuestra esencia creadora.
Como dice Joe Dispenza, nuestras creencias y pensamientos afectan directamente nuestra biología y con esta, nuestra realidad. Al aprender a identificar y a cambiar pensamientos limitantes, podemos reprogramar la mente para ser más positiva en el sentido de que esté abierta a otras posibilidades, y no sólo acondicionada a lo conocido, que es un estupendo punto para comienzar.
Para lograr estar al mando de los pensamientos contractivos y que nos desempoderan de cualquier forma, es sumamente útil utilizar el poder de la intención y de la visualización, por ejemplo, para enfocarse en las metas, en lo que queremos lograr, en lo que sí tenemos para hacerlo, y atraer circunstancias favorables. Tambén es importantísimo establecer una excelente relación entre la mente y el cuerpo, ya que los pensamientos y las emociones pueden influir grandemente en nuestra salud física; está comprobado con resonancias magnéticas que tan sólo al volvernos más conscientes de esta conexión y dirigirla con #EfectoPositivo, es posible aumentar el bienestar general. Y algo fundamental para estos tiempos: debemos fortalecer el músculo de la resiliencia, o lo que la ciencia llama neuroplasticidad cerebral frente a los desafíos, que es la capacidad de sobreponerse, adaptarse y volver a tomar acción.
Recordemos que paz no es pasividad, y que neutralidad no es apatía, al contrario, requerimos de la mayor capacidad de conciencia de la humanidad, así como cuando se rompen records olímpicos batiendo las barreras de lo conocido. Antes del amanecer se ve más oscuro, y antes de llover hace más calor.
Tengamos esto en mente para enfocarnos en lo que nos hace fuertes y no débiles, en lo que hemos ganado y no sólo en lo perdido, y sigamos fortaleciendo los instrumentos interiores que nos permitan estar listos para lo que venga, desde la conciencia de que desde nosotros es posible crear y reprogramar una realidad mucho, pero muchísimo mejor para todo el planeta.