La frase “Esculpir es quitarle a la piedra lo que le sobra” es frecuentemente atribuida a Michelangelo Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel. Este célebre escultor y pintor del Renacimiento italiano describía su proceso artístico como una forma de liberar la figura que ya existía dentro del bloque de mármol, removiendo todo lo que no era necesario para revelar la obra de arte que estaba oculta dentro de la piedra.
Algo parecido sucede con nuestras vidas cuando nos hacemos conscientes de que, para florecer y crearnos una vida satisfactoria en todo sentido, es vital primero deshacernos de todo lo que nos sobra. Por añadidura, todo lo demás será dado, puesto que todo lo que requerimos ya se encuentra dentro de nosotros. Para la lógica y la linealidad con la que hemos aprendido a ver la realidad, esto no tiene sentido, pues estamos entrenados a pensar que todo lo tenemos que obtener y abastecer de fuera hacia dentro, que estamos carentes de todo, y que empezamos prácticamente de cero.
Cuando escuchamos en los diversos cursos motivacionales que, para crear abundancia financiera tenemos que dejar la conciencia de carencia, es justo esto a lo que se refieren, pues partir de que buscamos lo que no tenemos es creer que no estamos completos o conectados con el campo de conciencia unificado que lo contiene todo. Pero esto no es así.
Las evidencias cada vez más difundidas de física cuántica y de las teorías sobre el universo fractal y holográfico sostienen que absolutamente todo lo que existe, ha existido y existirá, está ocurriendo, discurriendo y sucediendo en el mismo instante y en el mismo espacio. ¡Guau! Es muy complicado entender para el cerebro izquierdo, pero desde nuestra conciencia expandida podemos abrirnos a la posibilidad de que sea de esta manera. Todas las soluciones, opciones, mejoras de todo tipo, puertas abiertas, están disponibles ya en este campo también llamado mente de Dios. No por nada el misticismo de las civilizaciones antiguas apuntaba a sanar la desarmonía interna dentro de cada uno para contribuir con la armonización de un sistema mayor.
Así que, desde esta perspectiva, todo está dado y comprendido en nosotros en el ahora como parte de este todo. Sin embargo, a veces tarda muchísimo tiempo o resulta muy complicado que se manifiesten los sueños, las peticiones, o bien las virtudes de los principios creadores en nuestras vidas. Y esto es justamente porque no hemos quitado lo que estorba: creencias y experiencias de trauma, que están ocupando espacios precisos y preciosos, y que se convierten en grandes obstáculos que no permiten que lo que necesitamos y deseamos simplemente llegue.
Dios, o la Mente Divina, no conoce de limitaciones, tampoco está condicionada con las creencias que hemos generado y heredado desde el nivel humano, así que si somos capaces de soñar, también traemos en el equipo la capacidad de manifestar lo que soñamos, porque ante la idea de que no es posible, o de que somos carentes debemos afirmar “si yo con Dios, quién contra mí”, es decir, si formamos parte del todo y el todo está dentro de nosotros, lo que anhelamos sí es posible, pero no llegará desde afuera, sino que se mostrará desde lo más verdadero de nosotros, de dentro hacia afuera, quitando la piedra que nos sobra.