¿Es posible meter más agua en un vaso que ya está lleno? Lo mismo sucede con las emociones y resentimientos atascados, atorados y llenos de moho que tenemos por años, repasando la misma historia una y otra vez y no siendo conscientes de lo que existe en el presente. Para dar la bienvenida a lo que la vida tiene para ofrecernos, es vital que concluyamos etapas y que no nos aferremos a imágenes de lo que algún día fue pero que ya no es más.
El famoso Dr. Joe Dispenza, conocido por su enfoque en la conexión entre la mente, el cuerpo y la realidad que creamos, habla extensamente sobre la importancia de soltar el pasado para poder crear el futuro deseado. Según el Dr. Dispenza, nuestros pensamientos y emociones son potentes influencias que pueden moldear nuestra realidad. Cuando nos aferramos a experiencias pasadas, especialmente aquellas que nos han causado dolor o trauma, nuestra mente y cuerpo quedan atrapados en un ciclo de patrones repetitivos, ¡y esto está medido en la respuesta celular del cuerpo!
Este ciclo extiende las mismas experiencias en nuestras vidas, porque seguimos pensando y sintiendo de la misma manera. En esencia, nuestras emociones del pasado condicionan nuestras expectativas para el futuro, lo que impide que podamos crear algo nuevo. Para crear una nueva realidad es muy importante aprender a soltar estos patrones emocionales y mentales, y escribir nuevos guiones para nuestra película. Esto implica dejar de lado los sentimientos y pensamientos asociados con el pasado, no para olvidar de donde venimos, sino en función de poder abrirse a nuevas posibilidades.
Es decir que, al cambiar nuestro estado mental y emocional en el presente, más que estar recurriendo al pasado, podemos alterar la forma en que nos relacionamos con el futuro, permitiéndonos manifestar nuevas experiencias y realidades que están más alineadas con nuestros deseos y aspiraciones. Para saber a dónde vamos necesitamos saber de dónde venimos, eso es verdad, sin embargo, existe una fina línea delgada entre quedarnos atorados como disco rayado y por lo tanto generando el mismo mañana que el ayer. ¡Alívese de su pasado! Dedique unos minutos cada día a meditar, enfocándose en su respiración o en las sensaciones de su cuerpo.
Cuando surjan pensamientos sobre el pasado, simplemente obsérvelos sin juzgar y permita que se disuelvan al dirigir tu atención de nuevo a la respiración; por medio de las sensaciones corporales, podrá reconectar de nuevo con el presente puesto que ¡es el único lugar en donde se pueden generar sensaciones! Practique aceptar sus experiencias pasadas tal como son, sin intentar cambiarlas ni juzgarlas. Aceptación no significa resignación; más bien, implica reconocer lo que ha ocurrido y estar en paz con ello.
Esta práctica ayuda a disminuir la resistencia interna y el sufrimiento asociado al apego al pasado. Imagine, visualice o sienta un escenario donde sostenga en sus manos el peso de su pasado. Visualice cómo, al inhalar profundamente, recoge esa carga y exhale soltando el peso, permitiendo que se disipe en el aire. Exhale todo lo que requiera soltar.
Aunque parezca un ejercicio sencillo, realmente es un gran mensaje al inconsciente de que estamos dispuestos a liberar y a generar espacio para algo diferente. Y practique siempre la gratitud, enfóquese en lo que tiene en el presente y lo que ha aprendido de sus experiencias pasadas más significativas. Practicar la gratitud puede cambiar completamente la perspectiva que mantenemos y ayudarnos a reconocer el valor en todas nuestras experiencias, incluso las más difíciles. Respire hondo y, en verdad, deje ir lo que ya no abona a su infinito potencial.