Ale Rojo de la Vega, quien ganó la alcaldía Cuauhtémoc con más de 10 mil votos de diferencia, y Vero Delgadillo, presidenta municipal electa de Guadalajara con una ventaja superior a los 20 mil votos, han enfrentado una dura lucha más allá de las urnas. Aunque contaron con un respaldo ciudadano claro, ambas han sido objeto de impugnaciones por parte del oficialismo, que quiere arrebatarles sus triunfos legítimos.
Ale fue injustamente acusada de violencia política de género en un intento por desacreditar su liderazgo y se ordenó anular la elección. Ella siempre argumentó que estas acusaciones formaban parte de una estrategia para despojarla de su cargo. Tras un proceso de revisión, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) validó su victoria.
En el caso de Vero Delgadillo, el oficialismo también buscó invalidar su triunfo en Guadalajara. Sin embargo, ella se mantuvo firme y, tras la revisión de los recursos presentados, su victoria fue ratificada. No obstante, la decisión final para las dos, aún está pendiente.
Ambos casos destacan la importancia de proteger la voluntad de los ciudadanos, la base de toda democracia. Manipular los resultados electorales a través de impugnaciones infundadas o acusaciones falsas pone en peligro no solo los derechos de los candidatos, sino la confianza en el sistema democrático de nuestro país.
Recordemos que está en juego el respeto al voto popular, que debe prevalecer por encima de cualquier interés político. Esperamos que la decisión final del Tribunal Federal respalde lo que la gente ya ha decidido en las urnas: ver a Ale y a Vero gobernar durante los próximos años, tal como lo determinó la voluntad ciudadana. #NoEstánSolas. Al tiempo…
DETALLES. Fernández Noroña está utilizando su cargo como presidente del Senado para hacer acusaciones falsas, afirmando agresiones físicas que no se evidencian en los hechos. Este abuso de su posición pone en entredicho su credibilidad y muestra un intento por manipular la situación a su favor. Su comportamiento afecta la integridad de su papel dentro de la institución. Está obligado a dar una explicación pública.