Cierto día, dos mujeres coincidieron en el camino; una era una mujer indígena, de los Altos de Chiapas, y la otra candidata, en ese momento, a la Presidencia de México.
La mujer indígena le comentó a Claudia Sheinbaum al saludarla: “Eres el sueño no cumplido de nuestras abuelas; una frase rotunda y del México profundo que Claudia lleva consigo.
De hecho en su primer discurso, después de su triunfo electoral dijo:”No llego sola. Llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”.
Abrir brecha en el camino conjunto ha sido desafiante. Fue en 1916 cuando se dio el Primer Congreso feminista de México, acontecimiento clave en el que un grupo de mujeres abogó por el derecho al voto, pero la propuesta fue rechazada.
No fue sino hasta el 3 de julio de 1955 que las mujeres mexicanas pudieron votar por primera vez en todo el país. De eso han pasado 69 años.
Cada década ha traído avances respecto a la representatividad, derechos y libertades; cada logro ha sido producto de la lucha de las organizaciones de mujeres y grupos feministas.
Es verdad; a lo largo de la historia, muchas mexicanas se han organizado para avanzar hacia una sociedad igualitaria, plural e incluyente.
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Sabemos que no hay historia sin contexto: fue en 2019 cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador aprobó la Ley de Paridad de Género para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a puestos de representación política. Otro logro histórico de la 4T.
Por primera vez se logró un gabinete igualitario con el mismo número de hombres que mujeres en la toma de decisiones en los tres órdenes de gobierno, en los organismos autónomos, en las candidaturas de los partidos políticos a cargo de elección popular, así como en la elección de representantes en los municipios con población indígena.
Hoy vivimos una verdadera democracia representativa, participativa e incluyente para las mujeres mexicanas, a partir de la aprobación de las reformas a la Constitución Política para incorporar la paridad. En la ciudad de México otra gran mujer gobernará: Clara Brugada.
Habrían de pasar 74 presidentes hombres y 200 años de historia para que una mujer ocupara la silla presidencial de un país que tuvo a su primer presidente en 1824; Guadalupe Victoria, con la promulgación de la primera Constitución.
La sociedad machista y patriarcal, la discriminación y violencia política contra las mujeres por razón de género, hoy sancionados con todo rigor, van quedando atrás.
De modo que, será mañana, martes 1 de octubre, cuando se lleve a cabo la transmisión de la titularidad del Poder Ejecutivo; el día histórico en que Claudia Sheinbaum reciba la banda presidencial de parte de otra gran mujer; Ifigenia Martínez, Presidenta de la Cámara de Diputados de México, y así demuestre, una vez más, que tiene la preparación y las capacidades necesarias para participar en todos los ámbitos y tomar voz en la solución de los grandes desafíos que México enfrenta.
Gobernará con sello propio y también con los mismos principios del presidente López Obrador, y de la Cuarta Transformación, porque juntos han luchado, desde hace más de 20 años, para lograr el gobierno con los resultados que ahora tenemos.
En el año 2000 Claudia se incorporó al gabinete del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, como titular de la Secretaría de Medio Ambiente.
En el gobierno de la Ciudad, fue quien concretó el proyecto de los segundos pisos de Periférico y el distribuidor vial San Antonio; y también fue la encargada de la construcción de la Línea 1 del Metrobús; la primera.
En 2006, durante la primera postulación presidencial de López Obrador, asumió la vocería de la campaña, y perteneció al gabinete del gobierno legítimo de López Obrador, como Secretaria del Patrimonio Nacional.
En 2014 se incorporó a Morena; de 2015 a 2017 fue jefa delegacional en Tlalpan por el naciente partido Morena; en 2017 fue la ganadora de la encuesta para obtener la jefatura de Gobierno de la Ciudad y ganó las elecciones en 2018 con 2.5 millones de votos en la Ciudad de México.
El 1 de julio de 2021, morenistas reunidos en el auditorio nacional con motivo del tercer aniversario del triunfo de la Cuarta Transformación vitoreamos a Claudia Shienbaum por primera vez como: ¡Presidenta! ¡Presidenta!
Su biografía personal y política tiene como raíz el ser hija del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo, ambos nacidos en México y con participación activa en el movimiento de 1968.
Activistas sociales y políticos, Claudia recuerda que, en su casa a la hora de sentarse a comer, solo se hablaba de política. Ahí comenzarían sus primeras “juntas”, sus primeros debates, la reflexión, el razonamiento como fuente de conocimiento y distinción entre la verdad y la mentira.
Licenciada en Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México; logró completar su maestría y posteriormente su doctorado en Ingeniería energética en la misma institución. Su disciplina la llevó también al Laboratorio Nacional Berkeley en Estados Unidos, donde se doctoró.
Cuenta además con la experiencia de lo que logró en la Ciudad de México, como jefa de Gobierno al reducir en un 50% los homicidios, y un 60% otros delitos.
Obtuvo grandes resultados en materia de movilidad; seguridad; innovación digital; agua potable; medio ambiente; derechos de las mujeres, desarrollo económico; vivienda incluyente; rescates de ríos y cuerpos de agua; entre muchos otros temas. Conoce la estrategia; la solución; los procesos, el método.
El trabajo duro, tiene recompensa. Claudia no sabe claudicar. Ha luchado, desde su liderazgo en los movimientos estudiantiles, por las causas que le importan, llevándonos a otros a unirnos a sus proyectos.
Porque es tiempo de mujeres humanistas, se ha reconocido con un aplauso la ascensión de Claudia Sheinbaum como presidenta constitucional de México desde la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
“Con su liderazgo, el gobierno humanista profundizará los esfuerzos para combatir pobreza, y desigualdad, pondrá enfasis en el bienestar, en la prosperidad compartida, porque la igualdad de las mujeres llegó ya; la protección el patrimonio natural y respeto al medio ambiente y lo que ella (Claudia) dijo: no llega sola, llegamos todas, (…) el futuro será feminista o no será, aseguró ante jefes de Estado y de Gobierno, la Canciller Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de Relaciones Exteriores.
Con una flor tatuada en su tobillo izquierdo, y unas cuantas mariposas en su espalda, nuestra próxima Presidenta avanzará con paso firme y bien plantado, espalda recta y mirada al frente hacia el camino del progreso para seguir haciendo historia, ya la veremos plenamente con su capacidad, visión política, liderazgo y proyecto de nación, más de uno asombrará, en tanto yo solo digo:
¡Es un honor estar con Claudia hoy!