Opinión

Columna Itinerante: Elogio del aburrimiento

Foto: bing.com/images.

Una de las marcas de nuestros tiempos es pretender potenciar todo: permanecer siempre ocupados, ser útiles en todo momento y lugar, hacer muchas cosas a la vez, multitask, estar siempre de buen humor, divertirse al máximo, no enojarse, no estar tristes, ni cansados…Como podemos ver, lo que atraviesa a cada una de ellas es el exceso, el extremo, es decir, el rechazo del límite, que no extraña que sean precisamente el cansancio, el estrés, al limite del agotamiento y el colapso, los síntomas que las personas padecen con más frecuencia. En esa misma línea y por efecto automático algunas experiencias se consideran extrañas, simples fallas ajenas a lo humano, como lo son el cansancio, el dolor, el aburrimiento. Esto se puede apreciar en la queja que muchas personas presentan en las consultas psicológicas respecto a sentir que no son lo suficientemente felices, que no sienten que estén haciendo lo suficiente para ser notados, para destacarse y poder vivir.

En una sociedad que se plantea todo como juego y búsqueda de un placer sensible, que la única vía –además un signo de éxito– es buscar estar siempre ante la presencia de los objetos “divertidos” (objeto droga, comida, alcohol, conectividad, trabajo, redes sociales, video juegos…) más que el cansancio es el aburrimiento un malestar que se intenta a toda costa evitar, incluso hay quienes consideran al aburrimiento como un signo de poca inteligencia: “si fuera más inteligente entonces no me aburriría, porque encontraría que hacer”. Sin embargo, es justamente el aburrimiento lo que permite que tenga lugar el juego, la creatividad… ¡el deseo! El deseo fundamental y no como una simple búsqueda de satisfacción sensible permanente, sino como una fuerza que transforma y da sentido a la propia existencia. Eso que en psicoanálisis llamamos deseo inconsciente, que está en íntima relación con la vocación más fundamental de una vida.

El aburrimiento es la experiencia del límite, algo necesario para poder jugar y ser creativos. ¿En qué sentido decimos que el aburrimiento es la experiencia del límite? Limites de los objetos en serie que mencionábamos previamente, que buscan saturar con su encanto sensible cada uno de los poros de cuerpo y que terminan por empalagar, hartar. En ese sentido, el aburrimiento es precisamente la experiencia de que los objetos no son completos, y que incluso, al más flamantes de los objetos, siempre le faltará algo, al tiempo que reiteran una ausencia de satisfacción absoluta en la persona que los consume. Por ello, el aburrimiento es una experiencia que abre un vacío y un silencio en la vida, tan necesarios para tomar distancia, descansar y que aparezcan otras posibilidades, nuevos horizontes por donde circular.

*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez

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