El gobierno federal anunció, por medio Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, la estrategia de seguridad que dará prioridad a combatir los delitos en las seis entidades más violentas: Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa, las cuales concentran el 40% de los homicidios dolosos en nuestro país.
De acuerdo con un estudio de Transmedia Comunicaciones, en el mes de octubre, el estado que más menciones tuvo en relación al tema de seguridad de las entidades prioritarias, fue Sinaloa con 358,908 menciones, seguido de Guerrero con 244,001 y posteriormente Chiapas, que aunque no forma parte de los estados prioritarios, sus menciones en el mes crecieron de manera notable a 162,782.
La narrativa de comunicación es fundamental para mitigar la conversación negativa que los estados puedan tener respecto al tema de la inseguridad. Si bien todos los estados están expuestos a tener crisis relacionadas con la inseguridad y narcotráfico, mucho depende de su manera de acotar el tema y comunicar las acciones que se realizan para minimizar las coyunturas.
Guanajuato es un estado que por lo regular se encuentra en la conversación como uno de los más violentos del país, sin embargo, al menos en el mes de octubre, se ubicó como el quinto lugar en menciones, con 95,134. Las razones para que Guanajuato no siempre se encuentre al tope de las menciones podría ser por diversos factores, una comunicación adecuada por un lado y mayores críticos digitales hacia los gobiernos morenistas, en relación a los de oposición.
Por otro lado vemos que el estado de Guerrero tuvo un pico negativo extraordinario por la muerte del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, quien fue decapitado por un grupo criminal. La medición del sentimiento de una nota de este calibre se vuelve completamente negativa para el estado y su gobierno, la ausencia de la comunicación asertiva asegura que la crisis se agudice.
Las mediciones en las plataformas digitales son un termómetro de la realidad y la comunicación fuera de ella. No son la única verdad, pero ignorarlas sería un grave error para aquellos que hacen la comunicación institucional, porque si bien es un círculo rojo digital, muchas veces es a partir de esa conversación, que un tema crece de tal manera que se vuelve inevitable y se convierte en crisis incuantificable.
Los estados y los gobiernos deberían medir mucho más y comunicar mejor, porque la inseguridad, de manera desafortunada, se quedará en nuestra narrativa diaria.