En 1970 un muy joven Andrew Lloyd Weber y su compañero Tim Rice estaban a punto de cambiar la historia de los musicales para siempre. Andrew tenía 22 años, ya tenía varios éxitos en su carrera y se unió a Tim Rice como letrista para hacer una ópera rock basada en la vida de Jesús, pero desde el punto de vista de Judas Iscariote. El resultado fue el álbum “Jesucristo Super Estrella”, lanzado en Reino Unido, pero que tuvo más éxito en Estados Unidos de lo que esperaban los compositores.
Sí: primero fue un disco conceptual y luego la obra de teatro. Debido al éxito de las canciones, la obra se montó en Broadway un año después con un recibimiento inusitado. Por un lado las críticas alababan el estilo y las canciones de Andrew y Tim, pero por el otro, diferentes grupos religiosos protestaron afuera del teatro porque creían que era una blasfemia tratar de esa manera la vida de Jesús. Al final, la calidad de la obra triunfó en todo el mundo.
Este musical se ha exportado a diferentes países con el mismo éxito. A México llegó apenas cuatro años después de su estreno en Estados Unidos: Julissa montó la obra en el Teatro Ferrocarrilero, con Don Enrique Olmo como Jesús, Jorge Abraham como Judas y la misma Julissa como María Magdalena. Pasó varios meses en cartelera hasta que en 1983 volvió a los escenarios, esta vez con Rocío Banquells.
Y así llegamos a la versión de este año: Benny debutó como Jesús, María León, Ximena Sariñana, Leonardo de Lozanne y un Erik Rubín que está espectacular en el papel de Judas. La aparición de Alex Lora en el escenario como Herodes es tremenda y el productor Alejandro Gou (junto con Erik) han sabido combinar lo último en tecnología y la mejor escenografía para hacer una versión moderna, actualizada, pero respetando la música prodigiosa de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice.
Pero hace unos días me enteré que otro consentido, Kalimba, que aparecía en el papel de Simón, se convertiría en el mismísimo Jesucristo Super Estrella. Y yo no puedo más que aplaudirlo:
“Es un papel que toca mucho a mi corazón.” me dijo. “Es un personaje que toca profundamente mis fibras, es una obra de más de cuatro décadas que sigue trascendiendo, moviendo mucho; creas o no en él, es una obra fuerte, con una historia impactante. El hecho de que haya existido un ser o un personaje que se le flageló de esta manera, que tenía que lidiar con estas emociones. Al final del día era un pacifista absoluto”.
“Representarlo es maravilloso y un personaje de una obra tan icónica y que es el personaje principal es una honra absoluta. Me preparé lo más que pude, tomaba dos clases de canto diarias, una clase era para colocación de voz y otra para buscar donde íbamos a poner y a cantar los falsetes, qué podía yo aportar. Me metí a ver muchas diferentes puestas, actores, cantantes de Jesucristo para ver hacia dónde podía llevar las inflexiones escritas y qué tanto podía aportar actoralmente”.
Vayan a ver Jesucristo Super Estrellla en el Centro Cultural Teatro 1. En serio: es teatro de calidad, hecho en México, con una producción de primer nivel. Y disfruten a mi querido Kalimba como protagonista, es un agasajo verlo en escena: es una Súper Estrella.