En los años 90, el canal de música MTV estaba en la cúspide de su contenido musical y desarrollaron atinadamente una serie de especiales “Unplugged”, es decir, que llamaban artistas y los colocaban en un ambiente más íntimo, con instrumentos acústicos (de ahí el nombre en español “desenchufado”). Hubo varias sesiones en inglés que ya son legendarias como la de Eric Clapton (tremenda actuación), Nirvana o Pearl Jam. Estoy seguro que muchos de ustedes recuerdan estas sesiones.
Este mismo formato se trasladó al español: Los Fabulosos Cadillac fueron los primeros que lo hicieron. Pero podemos recordar el de Zoe (uffff), el de Julieta Venegas, cómo olvidar el de Café Tacvba (que de hecho hizo dos desenchufados) y uno que guardo especialmente en mi colección: el de La Ley, grabado en 2001 con canciones como “Mentira”, “Día Cero, “Fuera de mí” y una versión hermosísima de “El Duelo” con Ely Guerra. Creo, sin temor a equivocarme, que ese año todos escuchamos al menos una canción de ese disco.
Beto Cuevas, vocalista de La Ley, se lució en esta sesión y se consagró como uno de los grandes del rock en español. Este Unplugged fue el disco más vendido de la banda (más de millón y medio de copias) y hace poco me enteré que Beto sacaría una versión homenajeando este álbum. Así que platiqué con él sobre eso:
“Estoy en un muy buen momento en mi vida”, comenzó a contarme “estuve metido en mi cueva creativa, trabajando lo que viene, y en enero sacaré un disco acústico que es como una suerte de homenaje a ese MTV Unplugged que hicimos con La Ley en 2001, pero ahora son versiones distintas y es algo que me tiene muy contento. Soy dueño de mi grabación, dueño de mi ‘master’ y asi que ahora van a poder escucharlo y verlo. Por cierto: a mediados de año sacaré un disco nuevo con canciones originales ¡así que he estado muy creativo últimamente con ganas de vivir la vida!”
Y en efecto: pareciera que Beto Cuevas estuvo desaparecido mucho tiempo, pero según me explicó, todo es parte de ese proceso creativo “Uno se tiene que recluir y por eso muchas personas se extrañan. Uno tiene que hacer eso porque no podemos estar como si fuéramos máquinas trabajando sin respiro. La vida te da toda la inspiración que necesitas, pero cuando la necesitas llevar de tus letras a tus acordes, es necesario hacerlo en silencio”.
Puedo constatar que nuestro país quiere mucho a Beto. Ya sea en teatro (como en Jesucristo Superestrella hace unos años) como en el escenario, siempre es recibido afectuosamente en todos lados: “Yo siempre lo describo como una historia de amor con México porque desde que pisé tierra mexicana en el año 1993 fue algo maravilloso. Siempre nos sentimos muy bien recibidos y desde ese entonces empezamos a venir mucho, hasta que en el año 95 o 96 nos vinimos a instalar aquí. Es una historia que no termina y que quiero mucho: espero el próximo año visitar muchas ciudades de México y seguir con esta historia”.