Por Norma Magaña
Ciertas enfermedades psicosomáticas, como algunos tipos de psicosis, deben ser tratadas con medicamentos, y tener una valoración médica completa; el apoyo terapéutico favorece el perdón en unos y guía al placer de vivir a otros.
En enfermedades incurables, lo central es reconciliarse con el pasado, para alcanzar un estado de paz que permita el adiós definitivo, es dar gracias por el aprendizaje y la experiencia vivida, los logros alcanzados y no pelear por una guerra perdida que está a término. Frankl lo relata:
“Es usual que el hombre sólo perciba el rastrojo que queda en el campo de la transitoriedad y pasa por alto los graneros llenos del pasado… donde nada es irrevocablemente perdido, más bien irrevocablemente preservado y salvado, entregado y depositado de manera segura.
“Nada ni nadie puede quitarnos lo que hemos rescatado dentro del pasado. Lo que está hecho, hecho está. Esto aumenta la responsabilidad humana. En vista de la transitoriedad de su vida, el hombre es responsable de usar las oportunidades que se le ofrecen para actualizar potencialidades y ejecutar valores, sean de creación, de experiencia o de actitud.
“En otras palabras, el hombre es responsable por lo que hace, a quien ama y de como sufre. Una vez que ha realizado un valor, una vez que ha cumplido un sentido, lo ha cumplido para siempre”.
Cuestionarse acerca de qué hacer, cómo, cuándo, por qué, para qué, hacía dónde… son preguntas sanas en una persona madura con espíritu alerta, dispuestas a responder a la vida con responsabilidad; para quienes se viven en la ambivalencia de valores entre lo que ha sido su historia familiar, y lo que los nuevos tiempos proponen, la impaciencia, la desesperación y la frustración no se hacen esperar; la labor del logoterapeuta será la de guiar la toma de postura de acuerdo a los valores familiares en disputa.
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Reafirmar lo que hay de positivo en ellos y lo que ofrecen los nuevos tiempos, ayudará al paciente a asumir una postura responsable frente a los retos que se le presenten, sin perder de vista los valores tradicionales.
Las neurosis colectivas (así llamadas por Frankl), o patologías del espíritu de los tiempos, no es el aumento de las neurosis tradicionales, se refieren más a una situación general de disgusto generalizada versus el cambio climático, la violencia masiva, las guerras, por ejemplo,que la globalización y el avance de la modernidad han dejado al descubierto.
Se deja de creer en las posibilidades personales y se potencializan los “peligros” derivados de los miedos colectivos. Reafirmar las creencias y convicciones del valor propio, así como rescatar el sentido y significado personal, es la labor del logoterapeuta. Los siguientes enunciados nos invitan a reflexionar:
¿Quién soy y cuál es mi misión en la vida?
Fatalismo: ¿para qué lo hago? Resignación ante lo ineludible
Fanatismo: necesidad de imponer la opinión personal a otros, mostrando intolerancia a ideologías diferentes a la propia
Existencia provisional: sin fines ni metas a futuro, vivo al día, esperando una destrucción masiva.
Pensamiento colectivista: soy el hombre masa, se renuncia a la propia individualidad y se acepta pasivamente la ideología del momento.
Para tomar el mando en el día a día, habrá que asumir la responsabilidad con libertad: hacer uso de la consciencia personal o… buscar apoyo.
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Todos los entrecomillados : Bazzi & Fizzotti (1989). Guía de la Logoterapia. Humanización de la Logoterapia (Tr. M. Kirchner). Barcelona: Herder.