Año de objetivos

Año de objetivos
FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

Quiero desear un próximo año de objetivos, no de propósitos y menos de deseos. Creo con firmeza que, cuando tenemos objetivos, podemos ponernos metas y trabajar doce meses en cumplirlos.

Propongo, además, que no pongamos demasiados. Con tres objetivos tenemos más que suficiente para llevar una vida mejor y formar parte de una sociedad como la que deseamos y merecemos.

El primero tendrá que ser vivir con salud. Así de simple. Todo lo que hagamos para prevenir, detener y atender cualquier enfermedad o padecimiento que nos afecte es importante llevarlo a cabo. Si tenemos salud, no es menor, tenemos lo que necesitamos para seguir adelante.

Modificar malos hábitos, corregir comportamientos que se han vuelto vicios, y sustituirlos por los correctos deben ser una meta en la que nos enfoquemos todos los días.

Una mejor dieta, ejercicio tres veces por semana, abandonar el cigarrillo y el alcohol, privilegiar el consumo de alimentos naturales, desechar los procesados, son acciones que están dirigidas a conseguir salud. Ningún achaque o dolor es normal y no debemos acostumbrarnos a estar enfermos si podemos evitarlo.

El segundo objetivo es aprovechar el tiempo. Cada año que pasa debemos llenar las horas de momentos, de personas queridas, de contribuciones para que nuestro entorno sea mucho más pacífico y tranquilo. Aplazar cualquier iniciativa, meta o aspiración para seguir educándonos o de estar presente en la vida de aquellos que nos importan, es malgastar uno de los recursos que no podemos reemplazar y ese es el tiempo que estaremos en esta vida.

Organicemos bien nuestras horas, acomodemos lo que es realmente enriquecedor y tratemos que no nos ganen las prisas, ni las distracciones de este cambio de época.

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Y el tercero es involucrarnos como ciudadanos. Pronto tendremos otra gran oportunidad de participar y de influir en las decisiones que se toman respecto de nosotros. Asumir nuestro papel social, ahora sí, debe ser objetivo y meta. Incluir a nuestra familia, a nuestros vecinos, a nuestros colegas de trabajo para hacer propuestas y hacer entre todas y todos que nuestras condiciones de vida mejoren, hará la diferencia para que haya cambios profundos y definitivos.

Si nos dedicamos a cumplir estos tres objetivos, desde donde estemos, diario, vamos a observar esa transformación que siempre demandamos y que, en ocasiones, no sabemos cómo realizar. Sobre todo, los más jóvenes, a quienes les ha tocado una realidad mucho más difícil que la nuestra en términos de desarrollo y de prosperidad, pueden provocar las condiciones que los mantengan sanos, con tiempo suficiente y actuando con un civismo que se note para vivir con sentido.

Somos generaciones que han logrado establecer puentes de coincidencia y de participación que antes, con nuestros padres o nuestros abuelos, no existieron pero que ahora nos conectan.

Una sociedad que puede sumar el empuje de la juventud y la experiencia de los adultos -y de nuestros adultos mayores- tendrá resultados mucho más sólidos que los que pudimos lograr en las últimas décadas. Hoy sabemos que podemos hacer mucho para que seamos personas activas, en lo físico, en lo intelectual y en lo civil, para construir principios, valores e ideales que nos harán una sociedad inteligente.

Termina un ciclo con cada final de año y comienza la revisión de lo que nos prometimos hacer y no cumplimos. Cada uva o cada copa para brindar fue un propósito que no llevamos a cabo por múltiples razones (y excusas). En esta ocasión planteemos objetivos, estos tres o sumemos un par más.

Que sean alcanzables y que nos motiven a establecer metas claras que cumplamos en el periodo que marcamos. Les aseguro que la satisfacción es inmediata y que el camino es mucho más disfrutable que el objetivo en sí.

Solo que no olvidemos que contar con salud es más que una bendición o una buena herencia genética, es un trabajo de cuidado personal y de responsabilidad. Hacer lo que necesitamos para vivir mejor es administrar el tiempo, el que nos ha tocado, para darle su lugar a cada aspecto importante de nuestro desarrollo; y nunca había sido tan importante en nuestra historia común el asumir nuestra tarea civil hacia el futuro. Dejar un planeta mejor del que recibimos es una misión y no un deseo.

A todas y todos nuestros lectores, bendiciones y objetivos cumplidos para estas fiestas y para lo que viene en 2025, que deberá ser mucho mejor. Felicidades.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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