Corazones sin conflicto

Las relaciones en pareja son difíciles, pero no más de lo que pueden ser las laborales, las de negocios o cualquier otro intercambio entre dos personas. Sin embargo, confiamos el destino de nuestras relaciones afectivas al corazón, mientras tratamos de apartar lo más posible al cerebro (aunque en realidad, el amor siempre está en nuestra cabeza y no en el lado izquierdo del pecho).

Dejarnos llevar por la emoción, el deseo y la conexión sentimental, es el camino que aprendemos para obtener toda la riqueza que significa vivir acompañado de alguien a quien amamos.

Esa persona especial con la que decidimos formar una pareja y unir nuestras historias de vida para tener una existencia con rumbo y significado (puede haber otras modalidades y hay que respetarlas mientras las partes estén de acuerdo).

Si para este momento la columna parece un episodio de consultoría sentimental, agradezco que sigas leyendo lo que sigue. El amor, como emoción, tiene un poder enorme en un ser humano, pero no está relacionado de ninguna manera con la violencia o el maltrato.

Las abuelas y las mamás cuentan con un acervo amplio de dichos acerca del cuidado que debemos tener cuando nos unimos sentimentalmente a alguien.

Muchos tienen un origen machista y apelan a épocas que nunca debemos permitir que regresen a nuestra sociedad, pero otros se refieren a la tolerancia, la compatibilidad y el afecto, como fundamentos de un amor duradero.

Hoy es el día en el que celebramos con énfasis el amor y la amistad. Deseo que todas y todos lo gocen como una efeméride que se traduce en momentos de felicidad. Solo recuerdo un asunto importante en el que tenemos mucho que ver: prevenir agresiones en las relaciones personales.

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Los malos tratos nunca son normales y nadie puede terminar acostumbrándose a ellos. Como familiares y amigos debemos intervenir y denunciarlos, aunque ello contradiga la sabiduría popular de que los problemas de pareja solo le conciernen a los involucrados.

Un refrán dice que se necesita toda una comunidad para educar bien a una niña o a un niño. Bueno, se requiere de toda una sociedad para que las relaciones sentimentales sean sanas y respetuosas.

Somos corresponsables y tenemos una tarea permanente para evitar que la violencia física o emocional se consienta en nuestro entorno.

Así como es único presenciar el desarrollo de un verdadero amor, también es doloroso atestiguar una separación de seres queridos. Nunca he conocido a alguien que piense, en el mismo momento, que ha encontrado a su alma gemela y esté consciente de que algún día su conexión terminará.

Somos una especie que construye relaciones de largo plazo y esas no pueden forjarse pensando en que van a concluir. Apostamos a encontrar compañeras y compañeros de vida y a pertenecer a comunidades que trasciendan nuestra misma existencia. No hay mejor legado que aquel que podemos dejar en quienes vienen detrás de nosotros.

Por eso es tan importante rechazar cualquier práctica violenta en una relación emocional. Discusiones tenemos todos, todo el tiempo, pero sabemos bien como adultos dónde se encuentran los límites.

Lastimar a una persona que quieres es, posiblemente, la mayor contradicción de los seres humanos, porque hay muy pocas especies en el planeta que hacen lo mismo, nada más que tienen la justificación de llevarlo a cabo de manera irracional.

Hemos establecido una civilización que ha logrado enormes avances y ha construido cosas que parecían imposibles. Y ha sido con la convicción de que mejorar es también una forma de amar a otros seres humanos que en algún momento vivirán en este mundo.

Si revisamos la historia, la humanidad avanza mucho más rápido por medio de la bondad que, por ejemplo, el odio o el interés.

Festejemos este 14 de febrero con la ternura y el romanticismo que exige la fecha, pero recordemos que debemos hacer más para que seamos una sociedad en la que no haya sitio para la violencia en ninguna relación personal.

Nuestra propia supervivencia está en juego. La historia describe periodos en los que la agresión era práctica diaria en las relaciones personales; nada bueno o destacable sucedió durante esos lapsos.

Solo en las épocas en las que nos hemos dejado conducir por lo mejor de nuestros sentimientos y actitudes hemos progresado de verdad. Hagamos lo que nos toca para que éste sea uno de esos momentos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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