Opinión

Diseñar nuestro día es posible

Seguramente ha escuchado hablar del mindfulness. No es una moda pasajera ni una filosofía difusa

Usted abre los ojos, y antes de que su mente pueda recordar quién es, ya está cayendo en la rutina e inercia de pensamientos. La alarma suena, revisa el teléfono, se mete a la ducha y sale corriendo sin apenas preguntarse: ¿Qué quiero de este día? ¿Cómo quiero sentirme? ¿Qué voy a construir hoy?

Es entendible, pero justo por eso es tan importante que usted tome las riendas de su jornada antes de que el piloto automático lo haga por usted. Dedicar unos minutos al despertar para programar su día no es un capricho de autoayuda, es una estrategia efectiva para darle dirección a su energía. Cuando inicia su jornada con intención y no con prisa, su mente responde de manera diferente.

En lugar de entrar en modo reactivo, donde todo lo que pasa a su alrededor dicta cómo se siente, usted se convierte en el diseñador de su propio estado de ánimo. Y eso, en un mundo donde el estrés es moneda corriente, es una ventaja invaluable.

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Seguramente ha escuchado hablar del mindfulness. No es una moda pasajera ni una filosofía difusa. Se trata de una práctica con raíces en la meditación y el yoga ancestrales, traídas a Occidente con una versión más pragmática y accesible.

El mindfulness no es otra cosa que estar presente en el momento, observar sus pensamientos sin juicio y elegir cómo quiere responder a lo que le rodea. Suena sencillo, pero en una era de distracciones constantes, puede ser un verdadero desafío. Lo que ha hecho que esta práctica se vuelva tan popular es que realmente funciona.

Numerosos estudios han demostrado que el mindfulness reduce el estrés, mejora la concentración y fortalece la resiliencia emocional. Y es que nuestra mente, al igual que un músculo, se moldea según los hábitos que cultivamos.

Si todas las mañanas usted se levanta con gratitud y claridad, con el tiempo su cerebro reforzará estas conexiones neuronales, haciéndole más adaptable a los cambios, más motivado y con mayor capacidad para afrontar los retos de la vida con entusiasmo.


Quizá esta idea le parezca demasiado idealista, pero piense en esto: si podemos enseñarle a nuestro cuerpo nuevos movimientos con la práctica, ¿por qué no podríamos hacer lo mismo con nuestra mente? Y la verdad es que podemos. De hecho, nunca había sido tan fácil. Hoy en día, tenemos acceso a innumerables recursos e información para entrenar nuestra mente, desde meditaciones guiadas hasta técnicas de respiración y ejercicios de visualización.

La clave está en comenzar con pequeños pasos. Dedíquese cinco minutos al despertar para simplemente respirar y preguntarse: “¿Cómo quiero sentirme hoy?” Visualice su jornada con calma, agradezca algo de su vida, por pequeño que sea, y defina una intención para su día. Tal vez quiere estar más presente, trabajar con energía o simplemente ser amable con usted mismo.

Cualquiera que sea su elección, si la repite a diario, con el tiempo se convertirá en su manera natural de encarar la vida. No se trata de vivir en una burbuja de pensamientos positivos, sino de entrenar su mente para responder a la realidad con mayor claridad y estabilidad.

En un mundo donde las exigencias y los retos parecen cada vez más complejos, tomarse el tiempo para diseñar su propio bienestar no es un lujo, es una necesidad. Y lo mejor de todo es que usted tiene el poder de hacerlo con la máxima herramienta de su lado: su conciencia.

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