Opinión

Honor Alpha Plan: ¿China al rescate de la inteligencia artificial (y de España)?

Lo que HONOR está proponiendo con su Alpha Plan no es solo tecnología. Es un nuevo modelo de negocio

El Mobile World Congress de Barcelona 2025 que tiene lugar estos día y está dejando una sensación difícil de digerir: mucha IA, poca novedad real. Lo curioso es que no se trata de un congreso flojo por falta de ideas o tecnología —que las hay—, sino porque el contexto global lo ha convertido más en un termómetro geopolítico que en un escaparate de innovación. Lo tecnológico y lo político ya no se pueden separar, y este año quedó clarísimo.

Para muestra, un botón: el Honor Alpha Plan. Una inversión de más de 10.000 millones de dólares por parte de la compañía asiática HONOR, que no solo busca redefinir la inteligencia artificial aplicada a dispositivos, sino que quiere marcar el paso de cómo se debe entender la industria en los próximos cinco años. La IA no como una herramienta, sino como un paradigma completo que cruza hardware, software, conectividad y, claro, datos.

No es casualidad que el rey Felipe VI —ni corto ni perezoso— decidiera dejarse ver en el stand de HONOR. Tampoco es casualidad que esto pase justo después de que Pedro Sánchez dejara caer, como quien no quiere la cosa, que tal vez Europa (y por extensión, España) debería mirar más hacia China que hacia Estados Unidos. Lo dijo con esa media sonrisa diplomática que esconde algo más profundo: la guerra comercial entre Washington y Bruselas ha dejado de ser un pleito entre socios para convertirse en un problema estructural.

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Este Mobile no solo está siendo flojo en lanzamientos sorprendentes —lo que muchos expertos ya venían advirtiendo—, sino que se siente como un congreso en pausa, como si la industria estuviera esperando a ver cómo se mueven las fichas geopolíticas antes de soltar toda la carne al asador. Porque sí, hay IA por todos lados, hay operadores y fabricantes de procesadores mostrando músculo, pero falta esa chispa que haga que la industria dé un salto real.

Y mientras el congreso va de la mano con esta sensación de freno de mano puesto, el mundo seguía girando. Durante el MWC, Estados Unidos confirmaba nuevos aranceles contra productos de México y Canadá. Una jugada que no es solo económica, sino que es parte de esa economía de guerra en la que nos estamos moviendo desde hace tiempo. Un tablero donde las sanciones, los bloqueos y las represalias son parte del juego. Un juego que involucra no solo a Norteamérica, sino al frente abierto entre Ucrania y Rusia, la Unión Europea dividida y una China que observa, espera y cuando hace su jugada, la hace a lo grande.


En este contexto, HONOR juega como quien sabe que su momento ha llegado. Y su CEO, James Li, no dejó pasar la oportunidad de soltar una frase cargada de mensaje: “La revolución de la IA redefinirá el paradigma de la industria de dispositivos”. No dijo tecnología, dijo industria. Porque para HONOR y para muchas empresas chinas, el juego ya no es solo vender gadgets bonitos y baratos. Es controlar el ecosistema completo: los procesadores que usan IA, los sistemas operativos que aprenden solos, las apps que anticipan lo que quieres y, por supuesto, los datos que alimentan toda esa maquinaria.

Lo que HONOR está proponiendo con su Alpha Plan no es solo tecnología. Es un nuevo modelo de negocio, un nuevo modelo de consumo y hasta un nuevo modelo de influencia cultural. Porque la IA no es neutral. Lo que una IA aprende y cómo lo procesa depende de quién la entrena, con qué datos y bajo qué valores. Y aquí es donde el choque de civilizaciones tecnológicas se vuelve inevitable: ¿queremos IA entrenadas bajo la ética de Silicon Valley o bajo la visión de Pekín ?

España, con sus crisis de identidad tecnológica y su histórica falta de un plan digital claro, está en una encrucijada perfecta. Dejarse seducir por los encantos de la IA china, o seguir apostando por un Silicon Valley cada vez más introspectivo, obsesionado con sus pleitos internos y menos interesado en tender puentes con Europa.

En ese contexto, la visita de Felipe VI al stand de HONOR no es un acto de cortesía. Es un mensaje. Un mensaje de que España sabe que necesita nuevas alianzas tecnológicas y que esas alianzas pueden venir de donde menos se espera. Porque si algo ha dejado claro este MWC 2025 es que la tecnología y la geopolítica son dos caras de la misma moneda, y quien crea que puede separarlas está condenado a quedarse atrás.

HONOR, con su Alpha Plan, no viene solo a vender teléfonos. Viene a vendernos un futuro. Y si ese futuro habla más mandarín que inglés, no será por casualidad. Será porque Europa, y España, decidieron que el futuro se escribe con ideogramas.


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