Opinión

Nunca se olvide de usted

El mercado de la paz interior
El mercado de la paz interior Foto: Pixabay

Pase lo que pase, en los días de gloria o en los momentos de adversidad, una certeza que acompaña su existencia es que usted siempre se tiene a sí mismo.

En esta vida, transita caminos rodeado de relaciones, vínculos con la familia, amistades, amores y compañeros de trabajo. Estas conexiones le enriquecen, a veces de formas amables y otras a través de desafíos que lo retan y lo transforman.

Pero, aunque estas interacciones sean esenciales y significativas, ninguna es permanente.

Lo único que permanece, es usted mismo. Puede conquistar metas, obtener títulos y reconocimientos, realizar sus sueños y tener muchos bienes materiales. Puede llegar a sentir la seguridad de lo tangible, de lo que se ve y se toca, de lo que el mundo mide en términos de éxito. Sin embargo, la realidad material es dual: así como se obtiene, también se pierde.

Y cuando eso sucede, cuando la vida sacude con su incesante impermanencia, ¿qué queda? Nunca pierda de vista que queda usted. La base de su existencia no está en lo que posee ni en las circunstancias externas, sino en su propia esencia, en esa conciencia que observa y atestigua la vida. Es allí donde reside su gran y verdadera riqueza, en esa chispa divina que es intocable, inmutable, siempre presente.

No importa cuántas veces caiga, siempre tiene, desde ahí, la capacidad de levantarse, de reconstruirse, de reescribir su historia y de renacer.

Porque en su concepto inmutable, usted no es lo que logra, ni lo que pierde, ni lo que posee o pierde. Usted es lo que permanece más allá de todo eso. Los momentos de alegría pueden llenarle de alegría, y los de tristeza pueden parecer abrumadores, pero ninguno define su totalidad.

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La vida es un flujo constante de experiencias que vienen y van, y en realidad usted es el testigo de ese viaje. Suceda lo que suceda, sea que esté en una cima o un valle, recuerde que siempre se tiene a sí mismo.

Y en eso radica su mayor fortaleza, su más grande tesoro, su única certeza. Desde ese espacio interno, desde esa conciencia inalterable, puede construir, sanar y avanzar. Puede sostenerse en los días difíciles y disfrutar con plenitud los momentos felices sin miedo a la pérdida, porque sabe que su verdadera esencia no depende de nada externo.

Usted es su propio refugio, su propio hogar, la fuente inagotable de su existencia. Y mientras se tenga a sí mismo, no hay adversidad que no pueda superar ni felicidad que deba temer perder.

Así que, pase lo que pase, cuando la vida le sonría o le enfrente a grandes desafíos, no olvide que siempre tiene a quien en realidad necesita: usted.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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