Tecnología y comunidad es un binomio indispensable para la seguridad y la forma como construimos entornos de paz.
La era digital no solo ha reconfigurado nuestra manera de relacionarnos, también ha redefinido la manera como nos protegemos, particularmente para las y los jóvenes.
Recientemente, estudiantes del CCH Oriente realizaron un paro luego de una tentativa de robo a dos alumnas en la avenida Canal de Tezontle, quienes fueron apoyadas por las autoridades del plantel.
Hay trabajo directo con el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México para asegurar las grabaciones de las cámaras de seguridad en la zona.
¿Cómo puede la tecnología contribuir a la creación de entornos más seguros? Las cámaras de vigilancia y los sistemas de monitoreo no solo sirven para documentar delitos, también pueden ser poderosas herramientas preventivas y disuasivas. Una alerta rápida permite una respuesta más eficaz frente a situaciones de riesgo, sin olvidar que la denuncia oportuna suma en los esfuerzos por erradicar los actos ilícitos.
Un concepto central en el diseño del Gabinete de Seguridad Escolar instruido por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, para garantizar seguridad y condiciones adecuadas para la evolución de la vida académica. En la capital nacional, cerca de tres millones de niñas, niños y jóvenes podrán beneficiarse con las acciones coordinadas entre diversas dependencias, de las cuales el C5 contribuirá con el monitoreo de más de cinco mil cámaras de videovigilancia en las inmediaciones de escuelas públicas y privadas.
Además, ofrece atención en la línea de emergencia 9-1-1, 089 para denuncias anónimas, *765 por violencia contra la mujer y la Línea Antiextorsión 55 5036 3301.
La tecnología es un apoyo central, aunque sin comunidad no hay seguridad.
