Opinión

Basura electrónica, el otro gran enemigo de la salud pública y del medio ambiente

Los especialistas en esta materia afirman que el tratamiento inadecuado de estos artículos al ser desechados, trae varias consecuencias negativas

La modernidad en la tecnología, principalmente en electrónica, revoluciona aceleradamente los artículos que se han vuelto de uso cotidiano, como celulares, pantallas, computadoras, tabletas, CPU, monitores, teclados, impresoras, microondas, cargadores, pilas, entre otros.

Prácticamente cada año, los modelos de estos dispositivos se renuevan, provocando la compra de los modelos más recientes. Sin embargo, al desechar los modelos antiguos, surge la pregunta de qué pasa con estos: ¿los siguen utilizando otros integrantes de la familia? ¿Se tiran de manera adecuada?

En esta ocasión amables lectores tocaremos un fenómeno que se ha convertido en un gran problema para la ecología y el medio ambiente de todos los países: el reciclaje de la llamada basura electrónica. Veamos.

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Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), América Latina genera alrededor del 15 por ciento de estos residuos a nivel mundial y México aporta anualmente 1.5 millones de toneladas de esta basura.

El peligro de esto es que los artículos electrónicos están compuestos de una variedad de materiales que, aunque tienen valor económico, son altamente contaminantes, si no se desechan adecuadamente.

Los especialistas en esta materia afirman que el tratamiento inadecuado de estos artículos al ser desechados, trae varias consecuencias negativas para las comunidades.

En primer lugar, la acumulación de electrónicos en vertederos o lugares informales incrementa la contaminación de suelo y cuerpos de agua, pues estos residuos liberan metales pesados y otras sustancias peligrosas, como mercurio y plomo, que representan un grave riesgo para la salud pública y el medio ambiente.


Asimismo, sobre el factor económico, es importante saber amables lectores, que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) establece que el 65 por ciento de la basura electrónica tiene la posibilidad de ser recuperada en México, sin embargo debido a la limitada capacidad de la industria formal en el país, gran parte de estos desechos termina en el mercado informal o en el extranjero.

Cuando los desechos se manejan de manera adecuada, tiene numerosos beneficios, pues se recuperan metales preciosos, como oro, bronce y otros materiales reutilizables, lo cual incluso se convertiría en una importante economía circular para algunas regiones.

Al fenómeno del inadecuado manejo que en los países latinoamericanos, incluido México, se les da los artículos electrónicos contribuye en gran proporción a un conocimiento casi nulo de las personas en esta materia, lo que se traduce en hogares repletos de cables y aparatos viejos y cuando deciden desecharlos, lo más común es que los hagan en basureros convencionales.

Ante ello, grupos ambientalistas se han manifestado porque se incrementen centros de reciclaje accesibles y se llevan a cabo campañas permanentes de concientización ciudadana en esta materia.

A nivel nacional, solo algunos estados tienen infraestructura mínima de reciclaje de desechos electrónicos; por ejemplo, Jalisco es una de las entidades que genera más residuos electrónicos, con aproximadamente 82 mil toneladas anuales. Sin embargo, durante campañas de recolección en 2022 y 2023, se lograron reunir únicamente 38 toneladas.

Como vemos, amables lectores, la basura electrónica se puede convertir en un grave problema, si no se aplican planes que conviertan a este sector en un área de oportunidad para las economías locales.


Hasta la próxima.

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