Todos nosotros somos GPS ambulantes, corregimos rutas a cada segundo
Jorge Forbes
Incompletos y desorientados habitamos el mundo. No de ahora, sino desde siempre. Esto puede ser visto de dos maneras: como calamidad o posibilidad ilimitada. Expliquemos.
Para muchas personas el hecho de vivir incompletos y desorientados representa una verdadera tragedia de la cual no es posible escapar, desearían que la vida humana fuera semejante a la de las plantas y animales, es decir, que respondiera a un orden natural muy bien establecido. ¡Vana pretensión!, se les olvida que todo en lo humano se puede crear gracias a la ausencia de referentes biológicos únicos, que debido a dicha falla estructural se abren las posibilidades ilimitadamente, favoreciéndose la adaptación y expansión de los horizontes de vida; la otra postura, consiste en apreciar dicha “pérdida” como una posibilidad ilimitada frente a lo incompleto y a la desorientación. Si la vida no es uniforme e idéntica, sino diversa y discontinua, entonces las opciones se multiplican permanentemente, por ello es necesario pensar en otros dos ingredientes: la creatividad y la responsabilidad.
En la primera postura, aquella que desearía convertir la vida a un orden natural (militar, de mercado que simule un orden biológico) la angustia ante lo incierto se intenta resolver de dos maneras: creando y colocando un miedo en algo o alguien, para, posteriormente, atacarlo, dando la ilusión de limpieza, orden y progreso, muchas veces bajo la bandera-permiso de un oren divino. Regularmente esta postura sustenta sus ideas con argumentos religiosos y morales rígidos sobre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto, lo puro e impuro, gracias a lo cual se plantea la idea fundamentalista utópica de que “un día” serán grandes de nuevo, cuando hayan “limpiado” todo. En la segunda postura, aquella en la que destaca la creatividad y flexibilidad ante lo incierto, las personas que la sustentan se colocan en una posición de responsabilidad y deseo creativo, no esperan que las garantías estén dadas de por sí por tal o cual postura, práctica o procedimiento, sino por las respuestas permanente que se eligen ante lo que se sabe, pero sobre todo, ante aquello que no se sabe (lo incierto, el azar, lo ingobernable…) pero que igualmente se incluye en la formula, no como algo que se busca excluir para siempre, sino algo con lo que se convive permanentemente en la vida.
Si nuestra vida se caracteriza por la irreversibilidad y la sorpresa, así como por la incompletitud y la desorientación, entonces la creatividad y la responsabilidad cobran una importancia fundamental, no como un saber que aspira a la potencia y a la totalidad, sino un saber de acción, que busca sabe-hacer ahí en la interacción intima con lo imposible, sin necesidad de transformarlo en sufrimiento para sí o para otros, en ataque a alguien a quien se le han adjudicado imaginariamente todos los males.
*El autor es psicoanalista, traductor y profesor universitario. Instagram: @camilo_e_ramirez