¿Sabías que para San Valentín, los hoteles de paso alcanzan el 80% de sus ocupaciones, según estadísticas de los últimos años de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles?
Es que muchas parejas solteras o casadas visitan estos lugares para dejar atrás la rutina, un recurso que algunos terapeutas aconsejan para romper con la monotonía y atreverse a vivir nuevos momentos para encender la llama de la pasión.
Y aunque antes, los hoteles de paso eran considerados como un lugar pecaminoso, ahora el concepto ha cambiado y esta industria vive una revolución y el primero en darle otra imagen y otra concepción desde hace 15 años, fue el arquitecto Aurelio Vázquez, fundador de DIN Interiorismo, quien renovó estos sitios dedicados al amor.
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Su planteamiento era como un espacio que es para hacer el amor tuviera una connotación tan negativa y lo que hizo junto con su equipo multidisciplinario fue cambiar esos valores hacia algo inspiracional, algo que fuera completamente diferente a la casa para que los enamorados se sintieran transportados a otro lugar.
De esa forma, decidió dejarles de llamar hoteles de paso y rebautizarlos como hoteles de amor, es decir hoteles de paso, pero con diseño en donde el cliente es lo importante en el desarrollo del espacio interior.
“Hace 15 años nos encargaron la renovación de uno y lo que hicimos fue fijarnos y establecer como centro de nuestro diseño al usuario y nos preguntamos a qué viene el usuario a estos espacios y claro, viene hacer el amor y eso es una cosa maravillosa, por eso tratamos de construir un escenario entorno al amor y diseñamos cuartos que generaran emociones, fantasías, que fueran cachondos, divertidos, alegres, que tuvieran personalidad propia y fueran lúdicos, así desarrollamos una serie de modelos de hoteles, todos diferentes para que el usuario pase un buen momento”, aseguró el interiorista.
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Aquí te invitamos a recorrer algunos en esta fotogalería:
El Hotel Quinto Elemento se rediseñó entorno a los cuatro elementos de la naturaleza, por ello cada piso está destinado a uno de ellos, así los enamorados van descubriendo con qué paleta de color se sienten más a gusto.
Un ejemplo de estas habitaciones es la dedicada al fuego que se representa a través de habitaciones con tonalidades rojas.
La habitación basada en el aire tiene una rejilla que fue inspirada en la imagen erótica de Marilyn Monroe parada sobre la salida de un metro de Nueva York, el objetivo es que las chicas puedan emular ese momento para despertar los sentidos y las imágenes que están en nuestro background mental.
En otros hoteles, el baño está aislado, ahora la regadera se integra a la habitación como un espacio erótico, además se conjugan con los espejos que juegan un papel muy sensual.
Los hoteles de amor tienen muchas variantes, cuentan con zonas de estacionamientos, seguridad, son propositivos y discretos.
El equipo de diseño de DIN INteriorismo desarrolló el fajodromo, una serie de objetos-mueble-espacio que se encuentran en cada habitación para despertar la imaginación del usuario. “Esos objetos dan mucha creatividad y erotismo porque automáticamente los sentidos se abren al tratar de descubrir algo nuevo”, aseguró Aurelio Vázquez.