En Cepa 21 trabajan para cultivar emociones más allá de uvas o de producir vino. La misión de José Moro y su equipo de trabajo es cautivar a quien pruebe el vino que elaboran desde una majestuosa bodega en Ribera del Duero.
“Cepa 21 es un proyecto que nació de la pasión, que nació del amor a la tierra, del amor de intentar hacer un vino diferente en el contexto de Ribera del Duero, un vino más serio, con más personalidad, con más fruta para lo cual buscamos este maravilloso palacio donde esas cepas, ya con cerca de 25 años y con esas raíces profundas intentan sacar cada año el alma de esos suelos.
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De esos suelos además diferentes, estemos en la parte baja o estemos en la parte alta. Esos suelos arcillosos, esos suelos calizos, que cada uno de ellos te muestra unas características totalmente diferentes y al final es de lo que se trata: ir sumando componentes para que cuando el consumidor abra una botella y meta el vino en una copa, pueda sentir un montón de sensaciones que aunque no sepa lo que es, simplemente le emocionen, le cautiven”, relató Moro a Metro y Sabrosía desde el restaurante en la bodega que figura en la Guía Michelín.
Cepa 21 es la bodega que preside Moro y que nació en el año 2000 —al inicio del siglo XXI— separada de la bodega familiar Emilio Moro. Ya en el 2022 es mucho el camino recorrido por Cepa 21, que en Puerto Rico es uno de las etiquetas más acogidas por los amantes del vino español. Sin embargo, el aire familiar sigue presente en este nuevo proyecto que ya ha pasado la mayoría de edad. La clave —según Moro— es que trabajan con pasión y meticulosidad para lograr un vino que despierta emociones y enamora a quien lo pruebe, aunque no sea un aficionado de los vinos.
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Para Moro, sus vinos reflejan la mejor expresión de lo que es Ribera del Duero. La acogida que han logrado así lo comprueban. “En este paraje, con distintas altitudes, con una variedad única como lo es la Tempranillo, con un proceso de elaboración cuidado meticulosamente desde la levadura, las temperaturas a que fermentamos, esa crianza en la barrica. Cada uno de esos componentes va añadiendo de una manera compleja distintas características para enamorar al consumidor, y eso es lo que es Cepa 21, es pura pasión”, destacó el bodeguero.
El entusiasmo del presidente de Cepa 21 es evidente sobretodo al hablar de dos vinos recién lanzados por la bodega, el Malabrigo y el Horcajo. Moro los describe como “esos vinos impetuosos, esos vinos que tienen una trayectoria y van a tener un recorrido tremendo, que van a ir creciendo a medida que pasen los años y que sin duda yo se los recomiendo”.
Estos vinos aún no se encuentran en Puerto Rico, pero Moro asegura que ya trabaja en ello, por lo que entre cuatro a cinco meses deben poder estar sirviéndose en copas de puertorriqueños. “Yo estoy seguro que la Isla que es una enamorada de los vinos de Ribera del Duero, el Malabrigo y el Horcajo les va a cautivar inmediatamente porque son vinos con mucho poderío, pero a la vez que tienen poderío son vinos con mucha elegancia y eso es lo grande, esa conjunción es la perfecta cuando hablamos de un gran vino”, afirmó el presidente de Cepa 21.
Los vinos de esta bodega son distribuidos en Puerto Rico por la compañía V. Suárez, a quienes Moro describe como familia. “Es un cariño inmenso. Yo creo que (en V. Suárez) están identificados, hay una idiosincrasia perfecta en la forma de trabajar, pero sobretodo porque tienen esa identificación con nuestros productos de Ribera donde la personalidad es única y diferente”, concluyó el ejecutivo que no deja de mostrar su amor por la tierra y por la vida misma.