Las fiestas patrias se aproximan y las decoraciones tricolores y platillos típicos están saliendo a las calles para deslumbrar a todo visitante que quiera conocer cómo es la tradicional fiesta mexicana, y a los mexicanos se les hace agua la boca porque ya sea 16 de septiembre. Y uno de estos tan ansiados deleites es sin duda el chile en nogada, que por sus ingredientes de temporada, lo convierte en uno de los platillos más esperados.
Sin embargo, la historia que envuelve a uno de los platillos más representativos de la gastronomía mexicana es todo un misterio, pues su origen es incierto aún por los profesionales historiadores gastronómicos.
1. ¿De dónde viene?
La narrativa más popular es que fue creado en el Convento de Santa Mónica, en Puebla, México, que le fue preparado a Agustín de Iturbide y al Ejército Trigarante después de haberse consumado la Independencia de la Nueva España.
No obstante, esta historia ha sido refutada por muchos historiadores gastronómicos como Ricardo Bonilla, quien afirma que el recetario más antiguo que se tiene del chile en nogada data de mucho antes de la celebración de la Independencia.
Asimismo, el platillo es originalmente oriundo de los pueblos cercanos a Angelópolis, como Atlixco, Huejotzingo o San Andrés. Y quien era propietaria de la receta era la familia Azcárate Pérez de Traslosheros (1832-1896). Y que en vez de ser un platillo fuerte, era servido más bien como un postre.
Debido a la colonización de españoles en estos pueblos, es como se hace una fusión de ingredientes de España (nuez de Castilla, pera panochera, manzana y durazno, granadilla) y productos nacionales como el chile poblano.
2. Platillo religioso
Si bien la historia sobre el origen del chile en nogada es incierto aún, sí se puede saber que su preparación ha tenido un vínculo religioso, desde que se creó en el Convento de Santa Mónica, o que una de las recetas originales pertenecía al fray Gerónimo de San Pelayo en 1781.
El historiador Ricardo Bonilla asevera que su preparación es con motivo para la celebración de la fiesta de San Agustín, el 28 de agosto; pues la carga semántica de los colores, ingredientes y preparación está relacionado hacia este santo.
3. El chile en nogada no viene solo
No es muy común actualmente, pero con anterioridad, después de haber comido semejante delicia como lo es el chile en nogada, este viene acompañado de un postre: el mollete poblano.
Este particular mollete, en vez de ser salado, viene relleno de crema pastelera y cubierto de una delgada capa de dulce de pepita de calabaza. Este típico postre puede ser encontrado en las panaderías de Puebla desde junio hasta octubre.
4. ¿Va capeado?
Uno de los grandes debates que envuelve a este platillo es que si en su preparación, éste va capeado o no. De acuerdo con el chef Ricardo Muñoz Zurita, sí deben de ir capeado, pues la típica cocina poblana, acostumbra a que sus platillos lleven huevo, como lo es la capirotada o el rompope.
5. ¿Es plato fuerte o no?
Por último, otro misterio del chile en nogada es que si realmente es un platillo fuerte o un postre. En realidad puede ser ambas, pues todo depende de la preparación de la salsa con la que se vaya a bañar el chile en cuestión.
Esta salsa nogada puede tener elementos dulces o salados, realmente es a consideración de quien prepare el platillo ¿tú cómo lo prefieres?
Estos son los misterios más recurrentes en cuanto al chile en nogada, un platillo de tradición mexicana, que sin duda levanta más de un paladar. En éstas próximas fiestas mexicanas, pon a prueba el conocimiento de la gente sobre este platillo, y disfruta de sus presentaciones.
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