Normalmente cuando se trata de vinos es muy común siempre elegir un buen tinto Cabernet Sauvingnon, con un tono atenuante y que inunda tu boca con ese amargo trago. O bien un vino blanco para celebraciones especiales.
Pero casi no se habla de los vinos rosados y su gran sabor frutal, que es dulce de entrada y con una acidez envolvente, como el Trivento Malbec Rosé, un vino excepcional, que logrará cautivar a los paladares del mundo con su refrescante sabor y atractivo color rosa pálido.
En palabras de Maxi Ortiz, Enólogo de Trivento, el nuevo Trivento Malbec Rosé se creó pensando en nuevos momentos de consumo. Este vino rosado se considera un ‘vino de alberca’, ideal para refrescarse en días soleados o bien, para acompañar en una comida con amigos o familia.
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Este vino rosado está compuesto por 85% Malbec y 15% Pinot Noir, brindando un característico y llamativo tono rosa pálido y profundos aromas a rosas, frutos rojos y granadina. En boca, se percibe una entrada dulce y persistencia marcada, con acidez envolvente y una sensación fresca y limpia.
No solo en postres
Es constante ver que el vino rosado se quede relegado para ser maridado con comidas, pues por su sabor refrescante, suave y ácido es común que éste solo sea usado a la hora de consumir postres, lo cual está bien, sin embargo, se puede explotar aún más este tipo de vino.
La magia de saber combinar este licor se halla en la manera en cómo su extensa variedad de sutiles aromas, colores y sabores puedan influir en comida, que a su vez, también sean ligeras y frías, y pueda trabajar bien con la liviandad y sabor frutal del vino rosado.
Entradas y carnes frías
Con estos días de calor, este refrescante vino queda muy bien a la hora de comer entradas elaboradas a base de uso de carnes frías como jamón serrano, salami y, por supuesto, quesos cremosos, como un buen queso de cabra embarrado en pan o galletas crujientes.
Ensaladas
El nuevo Malbec Rosé, debido a su sabor a granadilla y aroma frutal, es recomendado que se coma junto con una ensalada que tenga trozos de frutas, como manzana, fresa o melón.
No obstante, si te guías por esta opción deberás de tomar en cuenta reducir el uso de aliños a base de limón o de vinagre de vino si es que no quieres que se amargue el sabor de cada bocado y trago. Te recomendamos utilizar salsas más espesas como el yogurt o el aderezo césar, el aceite de oliva, de Módena u otros aceites balsámicos.
Pastas
Los expertos consideran que si elegirás un vino rosado para comer una pasta, siempre se tome en cuenta la salsa del platillo, como las salsas marineras o de mariscos, haciendo de estas más ligeras, pero es una postura muy conservadora y la verdad es que cualquier vino rosado queda bien con cualquier tipo de salsa para pasta.
Podrás encontrar un contraste de sabores si eliges una pasta cremosa, pero ojo, no comerla con tantas especias pues el sabor opacará el trago del vino. Si la salsa tiene matices más dulces (ya sea que la hayan preparado con cebolla caramelizada o está hecha a base de tomate dulce) puedes optar por una opción afrutada.
Pescados y Mariscos
Los pescados blancos como la merluza, la dorada, bacalao, el rodaballo o el rape van más acorde con un vino rosado de uva tempranilla. Aunque la lista no termina aquí, pues para pescados azules (atún, caballa, salmonete o trucha) van con uno de más cuerpo, por ende, menos ligero.
Incluso el sushi queda perfecto con este vino, pues al estar preparado en crudo, es una elección correcta para la frescura del Melbec Rosé. Pero si llegas a elegir un platillo caliente, será interesante el contraste de sabores que se formará en tu paladar.
No dejes de lado el vino rosado y dale una oportunidad para estos días de calor, y disfruta de una comida fresca en familia o con amigos, e incluso, llévalo a esa cita de picnic con tu media naranja, y preparen unas entradas a base de carne de cerdo y quesos. Pero si quieres dejar este vino para postres, aprovecha el sabor frutal del Melbec Rosé para darle armonía a esos platillos cremosos y dulces.