Actualmente el tema de la menstruación o periodo ha dejado de ser un tabú. Mientras que en el siglo pasado se encasilló como una falta de higiene y se estigmatizó a las mujeres por “dejar de ser vírgenes” cuando llegaba su primer periodo, en la actualidad, se ha priorizado la atención médica de la menstruación, incluso, en algunos países se ha decretado que los artículos de higiene menstrual deben de ser gratuitos o se les quite el impuesto por su compra con el objetivo de facilitar el acceso a la higiene íntima a las mujeres.
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Un legado de la Primera Guerra Mundial
La historia de las toallas sanitarias ya tiene sus décadas, pues desde finales del siglo XIX se ha investigado para lanzar un producto eficaz, eficiente y discreto que ayude a las mujeres en su ciclo menstrual para mejorar la higiene, bienestar y salud sexual de millones.
Sin embargo, la llegada de las toallas femeninas como se les conoce tardó en aparecer, fue hasta 1918 a finales de la Primera Guerra Mundial, donde enfermeras de guerra estadounidenses aprovecharon las gasas médicas -que están hechas de celulosa- para utilizarlas como un método efectivo para evitar el sangrado menstrual.
Según datos del Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer de Estados Unidos, la comercialización de las toallas sanitarias comienza en Alemania, con la empresa Hartmann, y en Estados Unidos con Jhonson&Jhonson. No obstante, fue hasta finales de la década de los 70′s que se introduce al mercado la primera toalla con alas adherentes para fijarla en un solo lugar y evitar accidentes.
Nuevos productos
Con la llegada de las toallas sanitarias en el naciente siglo XX, llegaron junto con ellas otros métodos de higiene menstrual, como es el tampón y la copa menstrual, esta última siendo menos popular y utilizada debido a los materiales con que se fabricaban (aluminio y caucho) siendo muy nocivas para las mujeres.
Con estas nuevas herramientas sanitarias, se dejó atrás el uso de trapos reusables que se debían de lavar y desinfectar por lo menos cuatro veces al día e hizo que millones de mujeres pudieran seguir con sus actividades cotidianas sin miedo a tener un “accidente”.
En México
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor en México (PROFECO), cada mujer utiliza en promedio 13 mil toallas sanitarias durante su vida. Estas cifras significan un gran riesgo contra el medioambiente debido al fugaz uso de éstas, por ello, algunas compañías están creando toallas biodegradables como Kotex Cero que brinda la oportunidad de vivir un ciclo sin complicaciones ni desechos; respondiendo a las necesidades de protección y gestión menstrual como seguridad y comodidad.
¿Cómo se desintegran las toallas biodegradables? Esto se realiza gracias a la tecnología de desintegración, la cual entra en acción al momento de jalar la palanca del inodoro para iniciar el proceso de disolución seguro durante su tránsito en el drenaje, culminando en la biodegradación total de la toalla en 30 días, sin contaminar el agua, siendo este el paso más grande y trascendental hacia un ciclo más sustentable.
Con el objetivo de adaptar estas nuevas toallas biodegradables a las necesidades del proceso de drenaje de diferentes ciudades del país, se realizaron diversos estudios de capacidad de desecho seguro en el inodoro, cumpliendo con todas las pruebas establecidas por la International Nonwovens Disposables Association (INDA) y la European Disposables and Nonwovens Association (EDANA) que la certifican como una toalla desechable y desintegrable. Además de contar con la aprobación de la Asociación de Plomeros de México (APLOMEX), certificando que el producto cumple con todas las pruebas que avalan un desecho eficaz, libre de taponamientos.
Actualmente, la evolución de las toallas sanitarias ha hecho que existan de todos los tamaños y texturas para diferentes cuerpos y flujos de sangre.
Sin duda, esta innovación en las toallas sanitarias es un gran paso para hacer del planeta un lugar sustentable y ayudar al medioambiente, sobre todo en este tipo de artículos de higiene, que como comentamos con anterioridad, su uso fugaz y cotidiano hacen este producto altamente contaminante. Sigue sintiéndote libre y con seguridad usando las toallas sanitarias, pero sabiendo que ahora estarás ayudando al medioambiente.
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