Parte de los viajes es también cambiar de opinión y eso puede significar cancelar una reservación previa en un hotel. Ya sea porque quieres cambiar de destino o de alojamiento, o simplemente cancelar un viaje por la razón que sea.
Cancelar a veces no es fácil, sobre todo depende de las políticas de cada hotel. Por eso hoy te decimos lo más básico a tener en cuenta en estas situaciones.
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Lee las políticas
Como siempre, prevenir es mejor que lamentar y claramente las reservaciones no son la excepción. Recuerda que no existe una política estándar cuando hablas de cancelaciones, nunca asumas nada, en su lugar, mejor lee cuidadosamente al hacer la reservación o pregunta antes de concretar. Cada empresa se maneja de diferente manera así que ten en mente que no habrá una política igual a otra, así que realiza esta acción en cada habitación que reserves. Como un estándar, jamás reserves en un hotel que no te proporciona su política de cancelaciones.
Ten en cuenta la plataforma
A veces las políticas de un mismo hotel no son homogéneas entre las distintas plataformas o medios disponibles para reservar sus servicios. En ocasiones si reservas por medio de una aplicación o sitio web las políticas cambiarán frente a las que tienen en sus contactos directos. Así como cambian los canales también las posibilidades, puede que si llamas directamente no te cobren un cargo pero en una aplicación sí.
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El tiempo cuenta y mucho
Está claro que no es lo mismo cancelar un mes antes de tu llegada que la noche previa. Si tienes suerte algunos hoteles permiten cancelar la reserva incluso hasta dos días antes del día de entrada sin ningún cargo o penalización. Aunque no te confíes pues otros directamente exigen el pago por adelantado sin posibilidad de reembolso. Repetimos, no existe una política estándar cuando se habla de cancelaciones. La regla aquí es que mientras más anticipada sea la cancelación, menos posibilidades de repercusiones.
¿Cuánto me puede costar?
Así como esperamos que ya te haya quedado claro, siempre depende. Generalmente, los alojamientos manejan dos tipos de tarifas de cancelación. La primera es la tarifa de cancelación no reembolsable; es la menos flexible y generalmente se aplica a las reservas prepagadas, en este modo no tendrás derecho a recibir un reembolso. Otro tipo de tarifa de cancelación es la de una noche; esta tarifa corresponde a una política menos dura, pero, se te cobrará el coste de una noche de estancia.
Minimiza los daños
Si fuera el caso, simplemente toca soportar y enfrentar las repercusiones. Sin embargo, eso no quiere decir que no puedas hacer nada. En caso de que quieres cancelar pero no te puedan reembolsar tu dinero o no por completo, puedes sacar provecho de la situación. Existen sitios web que compran reservaciones de hoteles, por lo que puedes por lo menos recuperar un porcentaje de tu pérdida.
En general, debes mantenerte atento a todas los políticas y medidas para estar preparado en caso de que necesites cancelar tu habitación. Pero recuerda que aún si no puedes conseguir tu dinero integro, aún existen posibilidades que puedes aprovechar para que esta experiencia sea lo menos amarga posible.