Entre los olivares que dibujan el paisaje andaluz, se encuentra Baena, un tesoro histórico en el corazón de Andalucía, con una Semana Santa que cautiva corazones y despierta admiración en cada paso.
Esta celebración, considerada una de las más peculiares de España, invita a viajeros y creyentes a vivir dicha experiencia llena de color, sonidos ancestrales y una devoción que trasciende el tiempo.
Baena ha sido testigo de la historia, fue una tierra disputada por distintas culturas a lo largo de los siglos, pero es en Semana Santa donde muestra su esencia más profunda, una tradición arraigada que se reinventa con cada generación.
Es por eso que esta celebración ha sido declarada de Interés Turístico Nacional y aspira a alcanzar reconocimiento internacional, con el objetivo de compartir su riqueza cultural a todo el planeta.
En palabras de María Jesús Serrano, alcaldesa de Baena, esta festividad es mucho más que una conmemoración religiosa.
“Baena se merece lograr este reconocimiento porque cumple con todos los requisitos para ser imagen exterior de España y porque nuestra singularidad, sonido, colorido y protocolo único son dignos de conocer para que los ciudadanos del mundo sepan que hay un lugar donde la devoción y la tradición se mantiene a lo largo de los siglos. Aquí se sigue cumpliendo lo que el Concilio de Trento mandató que se enseñara la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, por lo tanto, es una auténtica catequesis porque Baena vive por y para la Semana Santa”, señaló durante una entrevista al programa Miradas Viajeras.
Patrimonio
El sonido del tambor de las turbas de judíos marcan así el devenir de la Cuaresma y la Semana Santa de Baena, las cuales se desarrollan entre la rectitud de los desfiles, escenificaciones y representaciones.
“Además nuestro cofrade por excelencia es el judío que toca el tambor que es patrimonio inmaterial de la humanidad con lo cual si a la singularidad nacional se une la declaración de fiesta turística internacional se completa el círculo que necesita Baena para estar reconocida en el mundo entero como una fiesta única ya sea por fe, tradición, cultura o raíces”, subrayó la alcaldesa.
¿Qué hace tan especial esta celebración?
Baena vive la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo de una manera única y multisensorial.
Los desfiles, las escenificaciones y las representaciones envuelven a los visitantes en un ambiente festivo donde la religiosidad se mezcla con el recogimiento, creando una aventura que toca el alma de quienes participan.
Por lo tanto, desde la madrugada del Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección, cada momento está impregnado de significado mientras las calles se iluminan con la procesión.
El desfile de Jesús Nazareno, el sermón del paseo y el entierro de Cristo son solo algunas de las tradiciones que hacen de su Semana Santa un evento inolvidable.
“La agente se arrodilla ante el Nazareno porque es nuestro patrón por devoción popular, el alcalde perpetuo, su veneración es inigualable y la bendición es un momento único donde muchos creyentes le dan las gracias” concluyó Serrano.
Así desde México hasta Baena, esta celebración traspasa fronteras y conecta corazones. Por lo tanto, para los que gustan del turismo religioso es la oportunidad ideal para vivir esta experiencia única, donde la historia cobra vida y el fervor se convierte en un viaje espiritual.