En México se calcula que la prevalencia de diabetes diagnosticada es del 12.6 por ciento y de diabetes no diagnosticada del 5.8 por ciento, siendo la prevalencia total del 18.5 por ciento, es decir, 14.6 millones de personas. En el país, la prevalencia de pacientes con tratamiento farmacológico se ha mantenido elevada, entre un 88 por ciento, mientras que la utilización de insulina ha aumentado del 7 al 21 por ciento.
Marisol Olarra, coordinadora de educación en diabetes de Ultra-Fine, menciona que terapia con insulina significa reponer de manera exógena esa insulina que falta o que no está funcionando. Destaca que la técnica de inyección de insulina correcta para pacientes con diabetes, independientemente del tipo de diabetes que padezcan, el tipo de insulina que utilicen, su edad o complexión física, es necesaria para que la insulina sea absorbida eficazmente y funcione de manera óptima. Esto permite que la terapia pueda considerarse exitosa y se logren los niveles glucémicos deseados.
¿Cómo administrar la insulina?
La especialista menciona que hay que conocer los dispositivos adecuados, las zonas de inyección, la rotación de los sitios, la preparación de los instrumentos, y no reutilizarlos, entre otros lineamientos, para que sea una práctica benéfica y saludable.
“Todas las insulinas deben aplicarse en el tejido subcutáneo (o graso), ya que es ahí donde se absorbe a una velocidad estable, predecible y sostenida, lo que permite lograr los efectos positivos esperados del tratamiento y así alcanzar una buena calidad de vida saludable en general”, comentó Olarra a Publimetro.
Destacó que todas las agujas y jeringas juegan un papel crucial en la administración de insulina. Ya sea en plumas precargadas de insulina o jeringas convencionales, se recomienda el uso de agujas ultrafinas y cortas: de 4 mm para plumas o 6 mm para jeringas, para que la inyección sea precisa.
Beneficios de agujas cortas
La coordinadora den educación de diabetes comparte algunos de los principales beneficios sobre el uso de agujas cortas relacionados con la efectividad del tratamiento son:
- Reducción del riesgo de inyecciones intramusculares: estas pueden causar una absorción más rápida e inconsistente de la insulina, lo que puede llevar a niveles inestables de glucosa en sangre y aumentar el riesgo de hipoglucemia.
- Mayor comodidad del paciente: las agujas cortas son menos dolorosas al atravesar la piel, lo que mejora la experiencia del paciente y fomenta la adherencia al tratamiento. Son tan pequeñas y ultrafinas que, con solo verlas, se puede reducir la ansiedad y el miedo asociados con las inyecciones.
- Disminución del riesgo de lipodistrofia: esta es una condición que surge cuando el tejido subcutáneo se deteriora debido a inyecciones repetidas en el mismo lugar.
- Facilidad de uso: las agujas cortas suelen ser más fáciles de manejar, especialmente para personas con menor destreza manual o para aquellos que se inyectan en áreas difíciles.
- Adaptabilidad a diferentes tipos de cuerpo: las agujas cortas son adecuadas para una amplia gama de tipos de cuerpo, incluyendo personas delgadas, niños y adultos mayores. La variabilidad en el grosor del tejido subcutáneo entre individuos hace que estas agujas sean una opción más universal.
- Menor trauma en el tejido: el uso de agujas cortas reduce el posible daño en la piel y el tejido subcutáneo subyacente, disminuyendo el riesgo de sangrado, hematomas y otras complicaciones en el sitio de inyección.