La pasión por el vino es algo que, como los viñedos, se cultiva a través de cuidados, aprendizaje y mucha dedicación. Esta misma devoción es la que ha llevado a cientos de fanáticos del elixir de la uva a crear su propia etiqueta.
Exactamente así es como nace Hilo Negro en 2012. Lo que comenzó como una idea fugaz que se dio en una plática de amigos conectados por el vino, hoy en día es una compañía autosuficiente que apuesta por nuevas combinaciones de uvas y el perfeccionamiento de las existentes.
Dentro de su oferta puedes encontrar variedades de uva Primitivo, Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Nebbiolo, Syrah entre otras. Cosechadas en los mejores vides del Valle de Guadalupe.
A lo largo de su historia ha recolectado distintos reconocimientos como en el Concurso Mundial de Bruselas, donde tan solo en la edición 2023 de la competencia, su etiqueta Invisible -vino blanco- y Tricot -vino rosado- se llevaron la plata.
Sus experiencias vínicolas
Después de todo este camino recorrido como productores, ahora buscan incursionar en el mercado de experiencias. Debido a esto, han afianzado una alianza con el restaurante Emat en Ensenada y Sonia en CDMX, donde se ofrecen menús hilvanados con su oferta vinícola.
A través de catas de sus etiquetas buscan educar al paladar nuevo y tratar de ofrecer nuevas sensaciones a los más experimentados.
De la mano del enólogo Daniel Lonnberg Hume, quien también se encarga de elaborar cada uno de los vinos de la vinícola, te contamos la experiencia de probar el maridaje de sus copas más reconocidas.
- Primer tiempo
Para comenzar a abrir las papilas gustativas es ideal la etiqueta Invisible reforzado, vino blanco Sauvignon Blanc con tonos verdosos que denotan su alto carácter cítrico, complementados por las sutiles notas a madera que le otorga su breve paso por barrica francesa.
Se lleva excelente con mantequillas infusionadas o quesos con alta cantidad de grasa y cremosidad.
- Segundo tiempo
Antes de entrar con los vinos tintos es necesario preparar el paladar para la complejidad que estos ofrecen. Por esta razón, el Tricot sirve de manera excelente para esta función.
Con sus notas frutales comienza a desarrollar una combinación de sabores más elaborados, mismos que combinan perfectamente con la croqueta de bacalao que se eligió para acompañar.
- Tercer tiempo
Rinrac, el primer vino tinto, entra a escena acompañado de una orden de taco de papada de cerdo con paté de lobina ahumado.
Esta etiqueta sirve como entrada para las opciones más fuertes. Es fácil de tomar por sus notas de frutos rojos que se perciben en el paladar; su carácter frutal y untuosidad ayudan a pasar la grasa del taco confitado que desborda de sabor, así crean un excelente maridaje.
- Cuarto Tiempo
La complejidad abarrota la mesa con la llegada de las carnitas de guajolote con mole negro, acompañado de compota de plátano y ajonjolí y moras. Esta preparación se lleva perfectamente con la etiqueta ZigZag.
Las notas potentes a frutos y especias de este vino tinto 70% Nebbiolo y 30% Syrah de 12 meses en barrica francesa y americana y 8 años de guarda, otorgan un sabor astringente y potente que se rebaja con las moras y el dulzor del mole.
- Quinto tiempo
Para terminar con broche de oro se presenta una reinterpretación gourmet del clásico postre mexicano camote en tacha.
La copa que acompaña el platillo proviene de Nido de Abeja, un vino frutal que mantiene su personalidad sin llegar a ser tan astringente, pues conserva su frescura y acompaña a la perfección la cremosidad y dulzor del postre.