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¿Cuándo es el momento de ‘dormir’ a un perro de avanzada edad?

Aunque los avances en la medicina veterinaria han permitido mejorar la salud de los lomitos, no siempre es posible revertir el deterioro físico

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Foto: (Especial)

El vínculo entre los humanos y sus perros es uno de los más especiales que existen. Las mascotas se convierten en miembros de la familia, brindando amor incondicional y compañía constante.

No obstante, como todos los seres vivos, los perros envejecen y enfrentan diversas complicaciones de salud, lo que puede llevar a los dueños a una de las decisiones más difíciles de la vida: determinar si ha llegado el momento de dejarlos ir.

La vejez en los perros varía considerablemente según su raza y tamaño. Según María Besteiros, experta en cuidado animal consultada por El Universal, las razas grandes suelen envejecer entre los 7 y los 10 años, mientras que las razas más pequeñas pueden comenzar a mostrar signos de envejecimiento a partir de los 10 años.

Cabe destacar que durante este proceso, los perros pueden experimentar una serie de problemas de salud, como enfermedades crónicas, dolores articulares, pérdida de visión y audición, y en algunos casos, problemas cognitivos que afectan gravemente su calidad de vida.

¿Es momento de considerar la eutanasia?

Aunque los avances en la medicina veterinaria han permitido mejorar la salud de los lomitos, no siempre es posible revertir el deterioro físico o evitar el sufrimiento de aquellos que padecen enfermedades incurables. Ante este panorama, muchos propietarios se encuentran ante la dolorosa pregunta: ¿es momento de considerar la eutanasia?

La decisión de llevar a cabo esta práctica con un perro anciano no debe interpretarse como un acto de abandono, sino como algo basado en el amor y la responsabilidad hacia la mascota. La eutanasia, que literalmente significa “buena muerte”, es un procedimiento veterinario que se lleva a cabo para poner fin al sufrimiento de un animal sin dolor y en paz.

La eutanasia es un proceso rápido y libre de dolor. Generalmente, se realiza en dos pasos principales. Primero, el veterinario induce al animal en un estado de sedación profunda para evitar cualquier tipo de incomodidad. Una vez el perro está completamente relajado, se le administra un medicamento final que detiene su corazón de manera tranquila y pacífica.

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