Bañarse es una actividad cotidiana que juega un papel importante en la higiene y bienestar de cada persona. Sin embargo, uno de los aspectos más debatidos es la temperatura del agua. Mientras algunas personas disfrutan de un baño caliente como una forma de relajación, otras prefieren el agua fría para energizarse.
Si te has preguntado si es bueno o malo bañarse con agua caliente, aquí te mencionamos los efectos que esta práctica puede tener en tu salud. Aunque el agua caliente puede ser reconfortante, existen varios aspectos negativos a considerar:
Daño al cabello y cuero cabelludo
Uno de los principales inconvenientes de usar agua caliente es que debilita el folículo piloso y elimina los aceites naturales que protegen el cuero cabelludo, lo que puede resultar en un cabello más frágil, seco y propenso a la caída.
Además, puede agravar condiciones como la caspa y aumentar la sequedad del cuero cabelludo, por tal motivo es recomendable lavar el cabello con agua tibia o fría para evitar estos efectos adversos y mantener la salud capilar.
Resequedad e irritación de la piel
Otro efecto negativo del agua caliente es la eliminación de los aceites naturales de la piel, conocidos como lípidos, que actúan como una barrera protectora. Sin estos aceites, la piel puede volverse seca, irritada y con mayor propensión a enrojecerse o picar.
Las personas con afecciones como la dermatitis atópica pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas tras bañarse con agua caliente, por ello se sugiere optar por baños cortos con agua tibia, ya que esto ayuda a mantener la hidratación y la barrera protectora de la piel.
Quemaduras
Usar agua demasiado caliente también puede tener consecuencias graves, como las quemaduras térmicas. Las personas más vulnerables, como los niños pequeños, los adultos mayores o aquellas con una sensibilidad reducida en la piel, corren un mayor riesgo. Se recomienda mantener los calentadores de agua a una temperatura máxima de 48 °C para evitar quemaduras accidentales.
Fatiga extrema y cansancio
Un baño caliente puede resultar muy relajante, pero si se prolonga puede provocar fatiga extrema. El calor excesivo puede causar deshidratación y cansancio, ya que el cuerpo pierde agua y energía para regular su temperatura interna. Es importante no excederse en la duración del baño para evitar sentirte débil o fatigado después de la ducha.
Aumento de la presión arterial
Finalmente, el agua caliente tiene un efecto dilatador sobre los vasos sanguíneos, lo que mejora temporalmente la circulación. No obstante, este mismo efecto puede elevar la presión arterial, lo que podría ser peligroso para aquellas personas con hipertensión o problemas cardiovasculares.
