En el corazón de Xochimilco, entre los canales que han sostenido la vida y la cultura mexicana por siglos, habita una criatura única: el ajolote.
Este pequeño anfibio, con su capacidad de regeneración y su historia ligada a la mitología azteca, es un símbolo vivo de la biodiversidad de México. Y ahora, Cerveza Victoria le rinde homenaje con una edición especial que invita a celebrar lo que nos hace únicos.
Nuestras raíces
La nueva lata conmemorativa es más que un tributo visual; es una invitación a redescubrir y valorar nuestras raíces. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que en Xochimilco, el hogar del ajolote?
Aquí, en las chinampas, donde la agricultura ancestral sigue viva, la conexión entre la tierra, el agua y la historia cobra un significado profundo.
Este ecosistema no solo alberga al ajolote, sino que también mantiene técnicas de cultivo que han sido transmitidas por generaciones, contribuyendo a la seguridad alimentaria y a la biodiversidad de la región.
La experiencia
Por ejemplo, Arca Tierra, un colectivo dedicado a la preservación de las chinampas y la agricultura regenerativa, ofrece experiencias gastronómicas que transforman cualquier visita a Xochimilco en una inmersión sensorial.
Desde un amanecer chinampero, donde el sol pinta los canales de dorado mientras se disfruta de un desayuno de maíz nativo y vegetales recién cosechados, hasta un brunch dominical en la chinampa con café de olla, ensaladas frescas y cervezas bien frías, cada experiencia es un homenaje a la tierra y a quienes la cultivan.
Además, los recorridos guiados permiten conocer de cerca los esfuerzos por preservar este ecosistema, destacando la importancia del comercio justo y la producción sustentable.
Ahora, imagina recorrer los canales de Xochimilco en trajinera, rodeado de naturaleza y después del paseo degustar dicha cerveza con un menú totalmente orgánico y delicioso.
Y es que el sabor inconfundible de esta cerveza mexicana acompaña los platillos preparados con ingredientes locales, cerrando un ciclo donde la tradición, la sustentabilidad y el placer se entrelazan de forma perfecta.
Así cada trago se convierte en un brindis por la biodiversidad, por la riqueza gastronómica de nuestro país y por los guardianes de estas prácticas ancestrales.
Más que una bebida, esta edición especial es un recordatorio de que México es su gente, su tierra y sus especies emblemáticas.
Conservación
Al brindar con una cerveza también celebramos el esfuerzo de quienes trabajan por la conservación del ajolote y la preservación de nuestra herencia agrícola.
Porque en cada sorbo y en cada bocado, hay una historia que sigue viva. Y con cada experiencia como ésta, reforzamos el compromiso de mantener viva una tradición que no solo nos alimenta, sino que también nos conecta con nuestra identidad y nuestro entorno.
