A lo largo de la historia, el uso de fragancias ha sido una práctica común para enmascarar los olores corporales naturales. Sin embargo, lo que muchos no saben es que muchos perfumes y productos con fragancia contienen sustancias químicas que pueden afectar negativamente la salud, especialmente el funcionamiento de la tiroides.
Aunque los olores son una parte esencial de la interacción humana y el bienestar, los avances químicos en la industria de las fragancias podrían estar poniendo en riesgo tu salud hormonal.
El metabolismo humano genera olores que se liberan a través del sudor, el sebo y el aliento. Estos compuestos biológicos incluyen ácidos grasos, esteroides, aminoácidos y aminas biógenas, que naturalmente generan olores en los seres humanos y otros organismos vivos.
Desde tiempos inmemoriales, se han utilizado fragancias para enmascarar estos olores desagradables, pero la revolución química del siglo XX cambió por completo la composición de estos productos. Los ingredientes naturales comenzaron a ser sustituidos por compuestos sintéticos para mejorar la estabilidad, el color y la duración de los perfumes.
¿Qué son los disruptores endocrinos?
Este cambio ha traído consigo el uso de sustancias químicas como ftalatos, parabenos, colofonio, fenoxietanol, y otros conservantes y fijadores. Aunque estos ingredientes permiten que los perfumes duren más tiempo sin perder su efectividad, su impacto en el organismo es cada vez más preocupante. Se ha encontrado que varios de estos compuestos son disruptores endocrinos, sustancias capaces de alterar el equilibrio hormonal, afectando principalmente la función de la tiroides.
El ftalato, uno de los ingredientes más comunes en los perfumes, ha sido relacionado con la alteración en la producción de hormonas tiroideas, lo que puede interferir con el proceso biológico de conversión de T4 en T3, la forma activa de la hormona. La exposición constante a estos productos químicos puede provocar efectos como inflamación y estrés oxidativo, condiciones que agravan el funcionamiento tiroideo.
Además, la tiroides, una glándula clave para el metabolismo y la regulación hormonal, se encuentra en la base del cuello, una zona particularmente vulnerable a la absorción de químicos provenientes de productos aplicados sobre la piel. Por lo tanto, si eres amante de los perfumes, velas aromáticas o productos sintéticos con fragancias, es recomendable ser más consciente de los posibles riesgos.
¿Qué hacer para minimizar el daño?
Para reducir la exposición a estos disruptores endocrinos, se pueden tomar algunas precauciones. Optar por perfumes sin ftalatos ni parabenos, elegir aceites esenciales naturales como alternativa o ventilar adecuadamente los espacios donde se usen fragancias artificiales puede ser una opción. Asimismo, es importante evitar aplicar estos productos directamente sobre la piel, especialmente cerca de la tiroides (en el cuello, donde generalmente se utiliza).
Aunque los perfumes y fragancias forman parte de la vida diaria, es crucial tomar decisiones informadas sobre los productos que eliges. Al conocer los riesgos que ciertos ingredientes químicos pueden representar, puedes cuidar mejor tu salud y bienestar hormonal sin renunciar a los aromas que tanto disfrutas.
