En lugar de centrarse únicamente en los regalos materiales, el Día del Niño también puede convertirse en una oportunidad valiosa para sembrar conocimientos que perduren toda la vida y, uno de ellos, es la educación financiera.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, más de la mitad de los mexicanos afirman no haber recibido formación académica o personal sobre cómo administrar su dinero. Y quienes sí tienen alguna noción sobre finanzas personales, usualmente la obtuvieron de manera informal, a través de sus madres, padres o profesores.
Hoy, más que nunca, existen recursos accesibles para que madres, padres y cuidadores comiencen a educar en temas económicos desde los primeros años de vida.
Por eso, este Día del Niño, más que entregar otro juguete, ¿por qué no regalar hábitos que les sirvan toda la vida? Stori, empresa de tecnología financiera en México, te comparte cuatro acciones para introducir a tus hijos en el mundo de las finanzas personales desde casa, de forma divertida, natural y duradera.
Organiza actividades didácticas en casa alrededor del dinero
Un formato fácil y muy familiar para los pequeños es jugar; mientras pasan un buen rato, pueden comenzar a relacionarse con la cultura financiera a través de juegos como Monopoly o Turista Mundial, donde los creadores buscan replicar algunas situaciones financieras reales como la administración de gastos con pago.
Implementar dinero de juguete en ciertas actividades crea situaciones que obligan, en un ambiente relajado y divertido, a que los pequeños tomen decisiones financieras asequibles, como qué comprar o cuánto gastar.
Si aún no adquieres alguno de estos juegos de mesa, intenta jugar al supermercado en casa; podrás comenzar a introducir algunos conceptos funcionales en su vida.
Guiar en la administración de su mesada
Si se destina dinero semanal o quincenal para ellos, guíalos a colocar algunas metas para su uso, de tal forma que los pequeños vean qué puede lograr su constancia en el ahorro.
Apóyalos a dividirlo; pueden segmentar entre el dinero que se utilizará para el día, para el fin de semana y para un plan a mediano plazo, por ejemplo.
Prestarles dinero, también es una oportunidad de aprendizaje, siempre y cuando se base en un plan financiero con el que se puedan familiarizar.
Si no se destina una mesada, puedes establecer un sistema de pequeñas recompensas por tareas fuera de su responsabilidad diaria. Por ejemplo, en su día a día debe ordenar su habitación, pero para obtener dinero extra, puede proponerles ayudar a limpiar un área que originalmente no les corresponde asear. En este punto es clave mantener un equilibrio entre las actividades y el tener un registro de su ahorro.
Involúcralos en pequeñas decisiones financieras del hogar
Llevarlos al supermercado y comparar precios de productos es una forma práctica y efectiva de hacerlos parte de un proceso, porque mañana lo harán por sí solos. Además, permite enseñarles a tomar decisiones informadas.
Por ejemplo, si un niño quiere un balón porque ama el basquetbol, llévalo a revisar precios en diferentes tiendas y calculen cuánto tiempo necesitaría para ahorrar; así podrá comenzar a tener parámetros del valor del dinero con un caso que le causa interés.
Ser un ejemplo de buenos hábitos financieros
Es complejo imaginar que más del 50% de la población mexicana no vive bajo bienestar financiero y por tanto, no puede explicar a su descendencia cómo lograrlo. Sin embargo, más que desasosiego, esto debe ser motivación para informarse y cambiar hábitos.
Los pequeños aprenden observando a sus padres. Si ven que sus figuras de referencia administran bien el dinero, comparan precios, evitan compras impulsivas y ahorran con disciplina, es más probable que adopten estos hábitos en el futuro.
Un estudio de la Universidad de Cambridge indica que los hábitos financieros se forman desde los 7 años de edad, por lo que inculcar estos valores desde temprano es fundamental.