Palestinos se enfrentaron a la policía israelí en el recinto de la mezquita Al-Aqsa en Jerusalén antes del amanecer del viernes, mientras miles de fieles se reunían para rezar durante el mes sagrado del ramadán.
El complejo, que tanto judíos como musulmanes consideran sagrado, suele ser el epicentro de los disturbios entre israelíes y palestinos, y la tensión ya era alta debido a una última ola de violencia que ha dejado al menos 25 palestinos muertos.
Horas después del inicio de los choques, la policía anunció el fin de la violencia y la detención de “cientos” de sospechosos. La mezquita reabrió para la oración de mediodía, a la que acudieron unas 60 mil personas.
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Las autoridades israelíes dijeron que habían negociado antes con los líderes musulmanes para mantener la calma y permitir la celebración de los oficios religiosos, pero jóvenes palestinos provocaron los disturbios al arrojar piedras a los agentes.
Testigos palestinos, que hablaron bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, contaron que un pequeño grupo lanzó piedras a la policía, que entró al complejo por la fuerza desencadenando un choque más grande.
Los enfrentamientos se producen en un momento especialmente delicado: este año, el ramadán coincide con la Pascua, una importante celebración judía de una semana de duración que comienza al atardecer del viernes, y con la Semana Santa cristiana, que termina dentro de dos días con el Domingo de Pascua.
Por este motivo, se espera que decenas de miles de fieles visiten estos días la Ciudad Vieja de Jerusalén, que alberga los principales lugares de culto de las tres religiones.