Dos policías que se comieron los billetes producto de una extorsión, terminaron en el hospital. Los comerciantes que denunciaron el hecho, indicaron que llamaron al Gaula cuando los uniformados les estaban exigiendo 1 millón de pesos colombianos (cerca de cuatro mil 100 pesos mexicanos) a cambio de no ejecutar una supuesta captura. El hecho se registró en el municipio de Soacha, al sur de Bogotá.
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Al parecer, los policías llegaron hasta donde el comerciante para exigirle dinero a cambio de no continuar con un proceso judicial que la víctima tendría en su contra.
Policías se comieron los billetes de una extorsión
Los policías le indicaron al comerciante que si no entregaba el dinero, iba a ser capturado porque en su contra tenía un proceso judicial. Inicialmente pidieron 2 millones de pesos (ocho mil 200 pesos mexicanos aproximadamente), pero el comerciante le dijo que no tenía esa cantidad de dinero y fue cuando decidieron llamar al Gaula, indicó Noticias Caracol.
El comerciante accedió a entregarles una suma de dinero para que se lograra ejecutar el operativo y así fue como los uniformados del Gaula comprobaron que los policías recibieron el dinero y al verse sorprendidos decidieron comerse los billetes.
Ante el hecho, los uniformados del Gaula decidieron grabar el momento y le preguntan en varias oportunidades el nombre a los policías y al no responder, evidencian que tienen la boca llena de billetes, en total 1 millón de pesos.
Calos Silva, director de seccional de Cundinamarca de la Fiscalía General de la Nación, le dijo al noticiero que “desafortunadamente tenemos que informar que en las últimas horas fueron capturados dos patrulleros de la Policía Metropolitana de Soacha, que se encontraban ejerciendo extorsión a un pequeño comerciante del municipio”.
Luego indicó que inicialmente el cobro fue de 2 millones de pesos (ocho mil 200 pesos mexicanos aproximadamente), pero como la familia solo pudo conseguir 1 millón de pesos, “lo llevaron de manera ilegal a la Estación de Policía, lo retuvieron allí por más de dos horas y posteriormente lo dejan en libertad con el compromiso de que entregara semanalmente 500.000 pesos (dos mil pesos mexicanos)”, indicó el director.
La razón por la que estos patrulleros llegaron a este comerciante, es porque el comerciante había estado vinculado a una investigación por un delito sexual hacía mucho tiempo y los policías aprovechándose de esa información ejecutaron la extorsión.
“Al momento de la captura, uno de los patrulleros ingirió los billetes, un billete de 100.000 y ocho billetes de 50.000 pesos. Posteriormente, negaron los cargos, pero la Fiscalía cuenta con el material videográfico que permite evidenciar este hecho. Además, después presentó dolencias estomacales por las que tuvo que ser atendido médicamente”, puntualizó el director.