Gabriela Valenzuela es una empresaria multifacética con una sólida formación académica y una profunda pasión por el activismo LGBTIQ+. Con una licenciatura en Finanzas y Banca de la Escuela Bancaria Comercial y un diplomado en Alta Dirección en la Universidad Iberoamericana, ha forjado una carrera exitosa como socia en más de cinco empresas que abarcan una amplia gama de sectores, incluyendo tecnología, marketing, comercio exterior y finanzas.
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“Hoy en día existen muchas empresas, muchas marcas, que justo van con esta bandera de “espacios seguros” sin embargo no visualizamos o no estamos tan conscientes de lo que implica tener un espacio seguro para el ser humano, pero sobre todo para este grupo de personas en especial que son las personas de la comunidad, principalmente en las empresas los lugares de trabajo.”
Gabriela es una defensora apasionada de la comunidad LGBTIQ+. Como fundadora de ‘Safe Zone’, un movimiento creado por y para personas de la comunidad, ha demostrado su compromiso con la igualdad y la inclusión. Su trabajo como activista LGBTIQ+ y su formación en Filosofía Política en la Universidad de Oxford la han convertido en una voz influyente en la promoción de los derechos y la visibilidad de esta comunidad.
“Nos enfrentamos obviamente a muchísima discriminación, muchísima opresión, racismo, a veces contamos con cierta discriminación dentro la misma comunidad. La familia de esta comunidad a veces es tan conservadora que no se abren a la aceptación con la gente de la comunidad.”
‘Safe Zone’ organiza campings y conversatorios para personas de la comunidad LGBTIQ+ con temas que importan para informar y educar, no solamente a los miembros si no también a sus familias.
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“No se trata de incluirnos en la sociedad porque nosotros ya somos parte de la sociedad, somos seres humanos, no necesitamos que alguien nos venga a incluir a un lugar en donde ya pertenecemos por el hecho de ser seres humanos, más bien yo estoy a favor de la no intrusión que es no darte cuentas de lo que hago con mi propio cuerpo.”
Hay que liberarse de los prejuicios, abrirse a entender cómo está estructurada la sociedad, desaprender y respetar a los demás en sus decisiones tan simples como la elección de la ropa que usan.