Erika fue nombrada directora general del Consejo de Empresas Globales a finales de 2019. Desde entonces, es la responsable de coordinar los esfuerzos de más de 60 grandes empresas internacionales que tienen operaciones en México, con el objetivo de generar un entorno propicio para la inversión productiva de largo plazo.
“Yo represento a 62 grandes empresas internacionales que tienen una fuerte presencia en México que operan en más de 20 sectores de la economía, todas son empresas que tienen sus matrices fuera de México pero tienen una gran apuesta por este país, además somos semillero de capacitación, generamos 8 millones de empleos en este país”.
La formación de talento es algo fundamental, para el Consejo de Empresas Globales sin gente no hay negocio, sobre la evolución mundial de la fuerza laboral y de las tecnologías de inteligencia artificial lo único que hacen es cambiar el perfil de las personas que hoy necesitan las compañías, más allá de las habilidades técnicas hoy lo que una empresa valora son las habilidades socio emocionales, la resiliencia, el trabajo en equipo, la habilidad de hacer varias cosas a la vez y de cambio.
“La inteligencia artificial significa una herramienta, que va a potenciar estas habilidades que necesitamos en nuestros colaboradores, no nos debe dar miedo la inteligencia artificial, quien no sepa manejar la inteligencia artificial está fuera del escenario, es nuestra obligación conocer y aprender, pero la creatividad del ser humano jamás una máquina la va a poder igualar”.
Las compañías globales cambiaron la forma de hacer negocios en México sobre todo en materia de equidad de género e inclusión, está comprobado que cuando una mujer está en un puesto de liderazgo se incrementa el 25% la productividad en una empresa. Además de sus habilidades socio emocionales que es lo que necesita el mercado que le da una ventaja competitiva.
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“El gran reto que hemos tenido en todos estos años es sin duda los cambios y como México se ha venido moviendo en las políticas publicas y las empresas globales nos hemos tenido que ir ajustando a las nuevas agendas, pero son empresas que trabajan en muchos países para navegar en esas aguas turbulentas y aveces tranquilas”.
El síndrome de la impostora que sigue siendo un problema para que las mujeres crezcan en el aspecto laboral, es algo que debe trabajarse en el género, dejar las exigencias que nos ponemos a nosotras mismas para no sabotear nuestras carreras
