Eneida Rendón, de 40 años, es licenciada en Gestión Cultural por la Universidad de Guadalajara; actualmente trabaja en la misma universidad donde estudió. Nació con ceguera y a la edad de 8 años comenzó a perder la audición, a los 11 años emprendió sus estudios en piano, pero cuando cumplió 14 años perdió totalmente la audición, por lo que tuvo que abandonar la música.
“Yo nací aparentemente escuchando bien, pero a la edad de 8 o 9 años aproximadamente comencé con dificultades para escuchar, no se sabía si yo era una niña distraída o estaba pasando algo hasta que me hicieron estudios y se dieron cuenta que estaba sucediendo la perdida de la audición y se hizo necesaria la colocación de un audífono o auxiliar auditivo en el oido derecho y dos años más tarde, se hizo necesario en el oido izquierdo”
La pérdida de audición no se sabe por qué sucedió y a los 14 años después de que Eneida tuvo una intoxicación se dio cuenta que ya no escuchaba por completo. Nació con ceguera y vivió 11 años sin poder ver y escuchar hasta que se le pudo colocar el implante coclear. Tuvo que luchar contra las barreras sociales que pensaban más en su discapacidad que en sus capacidades, fue suspendida de sus estudios por falta de medios para que ella pudiera desarrollarse.
“Me inspiré en otras personas con discapacidad como Helen Keller y yo decía si ella pudo por qué yo no, ahora tenemos más tecnología, comencé a pedir ayuda, a preguntar, otros medios, una vez que pasó toda esa etapa de depresión y que me di cuenta que había otras posibilidades”
Tras recibir un implante coclear, recuperó la audición del oído izquierdo y pudo continuar con sus estudios de piano. Además de su trabajo en la universidad, imparte cursos, talleres, pláticas y conferencias de musicografía braille.
“Yo comencé con un aparato que para conectarle la pila tenía que usar un aparato desde el oido hasta la cintura, ese cable con el movimiento lo jalaba, o se descomponía y ahora es solo una pieza, me ha tocado pasar por varios procesadores, conocer varias formas y cada vez ha sido mejor, este último estoy en proceso de adaptación porque tiene más inteligencia artificial que le da prioridad a la voz, no al sonido de fondo”
Decidió seguir estudiando piano aun habiendo perdido la audición y ahora que ya puede escuchar con su implante es más fácil para ella tomar clases y dar clases por videollamada. Una mujer para quien la discapacidad no ha sido un obstáculo y tiene una historia de vida inspiradora.