Andrea Murcia nació en Guadalajara es fotoperiodista y en 2021 fue galardonada con el Premio Nacional de Periodismo por la fotografía “Vallas 8M”, Andrea es una activista que acompaña a las mujeres en sus luchas, a las madres buscadoras, a las que viven violencia e injusticia, tomando testimonio de las condiciones en las que viven muchas en este país.
“Tengo seis años como fotoperiodista y siempre me he inclinado por el tema de la violencia de género, ese día me tocaba volar el dron para la marcha del 8M y como nunca lo había volado me parecía terrible que mi primera vez fuera en la marcha entre tanta gente, emociones, me fui un día antes a las 6 a volarlo y justo estaba Bárbara que es una niña otomí, la niña con el papalote”.
Barbara era parte del campamento de los desplazados de Tierra Blanca que siguen protestando porque no se les han dado sus tierras y también hay muchos desaparecidos. Ambas coincidieron en el zócalo, cada una en lo suyo, una trabajando y la otra jugando.
En el contexto de la marcha, para Andrea como para todas las manifestantes, las vallas fueron un insulto al movimiento cuando se descalificó a todas con argumentos erróneos sobre que eran pertenecientes a partidos políticos contrincantes.
“Para mí fue como una foto muy personal, como de “esto significa para mí” jamás pensé que tantas personas resonaran a lo que yo también quería decir al hacer esa foto, me gustaría platicarles del proceso post-foto, cuando yo lo publico en mi medio, Bárbara era más lo que llamamos vida cotidiana y ellos toman en cuenta como portada una foto panorámica, no la de Bárbara, fue hasta que la publico en mi Twitter como “mi foto” y es cuando se empieza a hacer un boom y fue muy fuerte”.
A Andrea también la atacó el síndrome de la impostora y ha tenido que trabajar y entender sobre su vida y la experiencia que le ha dado el cubrir la fuente del movimiento feminista, lo que le ha dado ese ojo para poder ver más allá y retratar lo que a tantas personas les conmovió en “Vallas 8M”
“Y ahora es como esta parte de feminismómetro entre nosotras, que creo que ahí se cuela la violencia patriarcal que seamos la perfección y las exigencias hacia nosotras en vez de al contexto que nos rodea o a los hombres, o por ejemplo que si tu amigo es un acosador y tu no te posicionas, entonces eres una mala feminista y que pasa con la responsabilidad del que es el acosador”.
Para Andrea nombrarse feminista es abrirse a la deconstrucción, abrirte a las nuevas maneras de pensar, de formarte, de construir, de vincularte con otras mujeres, no desde la competencia, ni la crítica ni la autocrítica y crear un camino de acompañamiento, deconstruir incluso la palabra feminismo. Para Andrea la transfobia es uno de esos cánceres que impiden el acompañamiento, “menos teoría más empatía” es la respuesta de la foto periodista para contribuir con el avance del movimiento.