El iris no solo da color, también cumple un papel vital: regula la cantidad de luz que entra en el ojo ajustando el tamaño de la pupila. Este mecanismo es esencial para adaptar nuestra visión a diferentes niveles de luminosidad. Además, cada iris es único, ¡como una huella dactilar! Esta característica hace que los escáneres de iris sean utilizados en sistemas de seguridad para una identificación precisa y confiable.