Isabel Tello es una artista gráfica e ilustradora poblana, pintora y muralista, quien inició su camino a través de talleres de arte y reciclaje. La concientización sobre especies animales y salvaguardar el territorio de los pueblos originarios son temas presentes en sus obras.
El grabado en linóleo es la técnica que domina, sus temáticas hacen un homenaje a lo mexicano a través de su gente, sus tradiciones, el maíz, los animales, entre otros elementos que enaltecen y embellecen lo que representan.
Sus obras fueron expuestas en Casa de Cultura Puebla, las cuales ilustraron el libro Nopilitsin, escrito por Alberto Becerril Cipriano en español/náhuatl para la Secretaría de Cultura Puebla, presentado en el marco del Día Internacional de los Pueblos Originarios.
¿Cómo inició tu trabajo como artista?
— Empecé a dar talleres de arte y reciclaje para niños con el proyecto Invasión de Niños Come Libros en Puebla, en los barrios de El Alto, Analco y La Luz, era algo que se hacía semanalmente a partir de la lectura.
Yo soñaba con ilustrar un libro infantil y esas ilustraciones se convirtieron en murales, luego se convirtió en grabado por colaboraciones que hacía, me interese por la técnica y de ahí lo empecé a desarrollar, cinco años haciendo grabado sobre linóleo.
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¿Cómo aprendiste, tomaste clases o fue algo que descubriste?
— Desde pequeña es algo que me ha llamado, hay quienes lo sienten con la música, la escritura, la fotografía, yo encontraba un alivio inmenso cuando dibujaba, pintaba y sentía mis manos llenas de pintura, transformar y contar historias a partir de lo visual, luego lo empecé a buscar en clases, talleres o personas que me inspirarán.
¿Pensamos que un artista solo se dedica a una cosa, eso pasa?
— Actualmente hago grabado en linóleo, es la técnica en la que más me he desarrollado, pero trato de nutrirla de lo que he aprendido, a veces las intervengo con bordado, murales con grabado, impreso sobre arcilla. Ser artista es una exploración de todo lo que eres, yo me siento identificada con elementos de la naturaleza que integro a mi obra, lo que me inspira, qué mensajes quiero sembrar en el mundo.
Es una responsabilidad porque tenemos el don de la imagen, para mi cada una de mis imágenes quiero que se fortalezca, que crezca, a veces protestar, para mi es mi misión, me he formado de muchos lugares y maneras y trato de integrarlo todo.
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¿Cuál es el objetivo de tus obras, consideras que es una forma de manifestación?
— Fortalecer a la gente de otra manera, si hay algún tema de violencia o de territorio trato de empoderar a estos seres, a los animales o a las comunidades indígenas, trato de ponerlos poderosos, brillantes, fuertes, con toda la magia que son, porque siento que en lo que centras tu atención es lo que va a crecer.
¿Qué opinas del caso de Esteban Fuentes de María?
— Es un caso que me hizo sentir muy frustrada, se sabía que él salía con animales exóticos a la calle como si fueran mascotas, prendedores qué lucir, para él entrar en alguna categoría de artista exótico, o no sé, a mí me parece una falta de respeto inmensa a la naturaleza, porque su obra se basa en la belleza de los animales, pero es una incongruencia si está haciendo esto, justo como artistas tenemos la responsabilidad de vivir en congruencia.
Mi forma de protesta es mi imagen, lo regreso con gráfica y transformo todo ese enojo que sentía y esa frustración porque no se haya hecho justicia pronto, espero que la denuncia de la Profepa llegue algún lado; mientras, no dejaré que sea un tema como ‘lo que pasó en Puebla la semana pasada’, quiero dejar un registro visual. He hecho esto con varios temas que son importantes.
¿Cómo un artista logra que su obra llegue a más personas?
— Me he permitido ser vulnerable, y eso logra que la gente conecte con un mensaje que es sincero, lo que enseño es una parte profunda que estoy explorando, para mí la cantidad de obras es un recorrido de un aprendizaje personal, colectivo, de lo que observo, de lo que me duele, lo que me hace feliz, siento que esta sinceridad que siente en otros artistas, se tiene que encontrar ese punto sensible para las personas.
No tengo que poner una ficha de texto porque la imagen es universal, esa es la belleza del porqué puede llegar a tantos lugares que yo no imaginé.
¿Lo que haces actualmente es suficiente para vivir de ello?
— Sí y vivo más feliz que nunca en mi vida porque me he permitido realizar este sueño que tenía desde niña, cuando confías en ti, si haces lo que amas y compartes lo que sabes, das tu mensaje, hay una fuerza del universo que no te deja sola, encuentras a las personas, los trabajos ideales, personas que necesitan que representen ese mensaje, entre más he confiado en las personas y vivirlo mejor me ha ido, cuando empiezo a dudar empiezo a entorpecer las cosas, porque es un flujo desde dentro, tu eres esa energía. Todos tenemos esa virtud, la capacidad, si confiamos y si seguimos esa intuición.
En 2020 expuse en Casa de Cultura, parte de esas obras se incluyeron en la ilustración de un libro por el que empecé todo este camino, un libro infantil que se llama Nopilintsin, escrito en náhuatl y español que ilustré con 11 grabados, también otras publicaciones como un poema para el Museo de la Revolución, casa de los Hermanos Serdán, también obtuve el primer lugar en a distinción de Expresiones Artísticas y Culturales, Vicente Suárez, del Instituto Poblano de la Juventud.
También he hecho imagen para diferentes proyectos y productos en Puebla, en Baja California, Sayulita, Oaxaca, en otros lugares como Países Bajos, mi obra ha viajado a partes del mundo que jamás imagine, acabo de mandar obra a Italia, Ucrania, Dublín, y he dado talleres en línea con Secretaría de Cultura y el Instituto Municipal de Arte y Cultura, actualmente se exponen tres obras en Palacio Municipal junto con grandes artistas como Leopoldo Méndez y José Guadalupe Posadas.
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¿A qué atribuyes estos logros?
— Es tener confianza, siempre está la idea de que lo que haces no es lo suficientemente bonito o grande, me he permitido sacarlo, todo se ha conectado, he encontrado gente que me apoya de muchas maneras, no solo ha sido mi trabajo.
El libro de Nopilitsin lo ilustré gracias a que hice un trueque de un mueble de cocina por ocho obras, esa chica le contó a su vecina y se las enseñó, la vecina resultó que es la editora de la biblioteca de Secretaría de Cultura, es justo confiar en el universo te va a poner en el lugar donde necesitas estar y no sabes en ese intermedio cómo chingados va a pasar y pasa. Jamás pensé que por hacer un trueque iba a cumplir el sueño de ilustrar un libro infantil, ha sido un popurrí de oportunidades.
¿Cómo ha sido el proceso de los artistas durante la pandemia?
— Es un momento que nos puso en perspectiva a todos, gracias a algo tan fuerte muchas personas han despertado cosas importantes, el parar, tener más presencia, apreciar lo que tenemos dentro de nuestros núcleos familiares y de amistades. Nos ha ayudado a replantearnos y sensibilizarnos de cosas que, tal vez por el ritmo de vida, no nos hemos detenido, las cosas con las que ya no podemos adormecernos como sociedad, también el ser selectiva de las cosas que ya no puedes permitir dejar entrar en tu vida, ha sido un momento para definir qué es esencial para mí, qué personas quiero conservar, qué cosas promover para mi bienestar.
Ahora no es tanto en exposiciones o eventos, pero tenemos las redes sociales y eso está al alcance de más personas, entonces es invertir ahí, me gustó enseñar mis procesos, mostrar en redes eso también me ha ayudado a conectar con otras personas, y eso promueve una venta.
¿Cómo defines los costos de tus obras?
— Lo bello del grabado es la posibilidad de reproducirse, me gusta experimentar con papeles hechos a mano, o en otros para que sean más accesibles, también me gusta el truque e intercambiar obras, es ir explorando porque no es un único precio, cuando empecé los vendía a 100 pesos o los regalaba y ahora esas piezas las puedo vender más caras por el camino que he trazado.