En Puebla por primera vez fue a prisión un hombre por violencia vicaria, a tres meses de aprobarse esta ley en el Congreso del Estado.
El pasado 18 de julio de 2016, Ricardo N le arrebató a Andrea Lezama su hijo, llamado Mauricio, cuando tenía un año y 10 meses de edad y se lo llevó a Baja California sin permitirle el contacto con el menor.
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Andrea Lezama buscó ayuda y se unió a la Colectiva Amorosas Madres contra la Violencia Vicaria (Cam-Cai), de la cual ahora es vicepresidenta. Tras presentar su denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), logró que las autoridades detuvieran a Ricardo N, y este domingo se celebró la primera audiencia de su agresor.
La audiencia inicial se llevó a cabo por la jueza María Guadalupe Muñoz Pérez, quien analizó el caso promovido por la madre del menor.
Tras escuchar los argumentos de ambas partes, determinó la medida cautelar establecida en el artículo 155 en su fracción XIV del Código Nacional de Procedimientos Penales que considera la prisión preventiva, por sustracción de menores y violencia familiar con la agravante de violencia vicaria.
Piden pena máxima para el agresor
Andrea recibió el apoyo de diferentes madres, quienes con cartulinas y pancartas llegaron a las inmediaciones del Centro de Justicia para apoyar a su compañera, quien desde hace seis años ha luchado para recuperar a su hijo.
Con la voz entrecortada, Andrea dijo que confía en el trabajo de las autoridades, y aunque este es un primer paso, pidió que a su agresor se le aplique la pena máxima por este delito que fue reconocido el 15 de julio cuando el Congreso poblano aprobó incluirlo en diferentes leyes y el 3 de agosto se concretara en el Diario Oficial del Estado.
“Hoy quiero suplicarles que, si me pasa algo, le digan por favor a mi hijo que lo amo, que lo amo con todo mi corazón, que jamás lo abandoné y que hasta el último momento luché por él”.