Negligencia y falta de especialistas ha provocado que niños que son atendidos en el Hospital para el Niño Poblano (HNP) de Puebla no logren recuperarse de sus malestares e incluso pierdan la vida, señalaron familiares, quienes incluso tienen que costear algunos gastos en medicamentos, así como insumos médicos que les solicitan para atenderlos.
Julio César Romero y Vanesa Palacios, padres de un menor de dos años, originarios de Pahuatlán, se trasladaron a la capital para que su hijo fuera atendido por un diagnóstico de Enterocolitis necrosante o necrotizante (ECN), que es una enfermedad que aparece en recién nacidos, especialmente en prematuros, y que consiste en inflamación que causa destrucción de cantidades variables del intestino.
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El padre refirió que en promedio gastaban al día cerca de 400 pesos por comida y transporte, pero a veces el gasto era mayor cuando se tienen que comprar otros insumos, por ejemplo, un catéter que le pidió el médico, el cual le costo mil 600 pesos, más 700 de medicamentos; los gastos por estancia médica, estudios y alguno que otro fármaco corre a cargo del hospital.
Además, dijo que es notable la falta de doctores especialistas, pues sobre todo el fin de semana es cuando más se ausentan, bajo la justificación de que les dan una tolerancia de hasta tres horas para ingresar, pero en algunos casos los médicos no llegan por estar en otras urgencias.
“Falta personal, porque nosotros la semana pasada estuvimos con ‘el Jesús en la boca’ porque el fin de semana no hubo doctor en terapia intensiva, hemos querido pasar el reporte porque el viernes, sábado y domingo a partir de las 6 de la tarde ya no hay doctor”, comentó.
El padre del menor comentó que todo lo que pasó con su hijo fue negligencia médica, pues él advirtió que si el intestino de su hijo no soportaba la primera cirugía no se siguiera interviniendo, además de que fueron varios doctores los que lo vieron. Refirió que la primera vez que lo trajeron fue al Hospital General del Sur, ahí fue su primera intervención, pero luego lo enviaron al HNP.
“Vamos a usar un poquito la inteligencia, yo le decía ‘si no se puede reconectar porque está muy chiquito, su intestino no está apto o le faltan nutrientes, no lo reconecto; sin embargo, pese a un derrame que tuvo lo dejaron tres días y al doctor que lo estaba operando ya se le estaba yendo, si él no hubiera hecho lo del principio no hubiera pasado eso”
En tanto, Vanesa, la madre del menor confirmó este domingo el fallecimiento de su menor, quien se encontraba en terapia intensiva y ya no resistió más las intervenciones. Previo a la entrevista lamentó que los médicos hayan “experimentado” con su bebé ya que primero fue operado por el “doctor Valerio y luego por el doctor Iván”.
“No sé si estaban experimentando con mi niño, me dicen ‘es que su niño no venía bien’, cómo no venía bien si el entró caminando, ya aquí se le juntó todo, decían ‘es que usted sabía las consecuencias de la cirugía’, pero no sé si lo hacían a propósito, porque mi niño estaba pasando cosas por negligencia médica”, expresó la madre.
“Ha habido mucho fallecimiento, nosotros en el hospital del Sur, en urgencias pediátricas era raro que hubiera fallecimientos, y aquí a cada rato fallecen los niños, no sé si el personal no esté capacitado para tratarlos”, expresó Julio César previo al deceso de su menor.
El albergue no es seguro para familiares
El testimonio de la pareja también reveló que en el albergue que ofrece el HNP les roban sus cosas a los familiares de los pacientes menores, además de que cuando llegan para descansar “si los ven acostados los quieren parar para que empiecen a hacer el aseo o ayudar a hacer la comida”.
“Una señora me dijo que perdió su celular en el albergue, ella pidió que le mostraran las cámaras para ver cómo sucedió, pero no se las mostraron completas y que lo que se perdió era responsabilidad de ella, se portan déspotas ahí y en el hospital”, señaló Vanesa.
Agregó que el trato de las enfermeras hacia los padres es “déspota” y consideró que no es la atención que los familiares de los pacientes deberían recibir en un “hospital que se supone que es de primer nivel”, pero también ven a muchos practicantes que les toman fotografías a los menores para mostrárselas al cirujano.