El relleno sanitario de San Pedro Cholula fue clausurado después de exceder en 1800% su capacidad de recepción de residuos, lo que afectará la disposición de basura en 21 municipios de la región; además, provocó el despido masivo de trabajadores de la empresa que tenía a cargo la concesión.
Este miércoles, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) cerró definitivamente el relleno sanitario de Cholula, ya que había superado su capacidad y agotado su vida útil.
El basurero de San Pedro Cholula recibía desechos de 21 municipios aledaños. Tras su cierre, se estableció un convenio con el relleno sanitario de Chiltepeque, en la ciudad de Puebla, para recibir los residuos de municipios como Huejotzingo, Amozoc, Coronango, Cuautlancingo, San Andrés Cholula y Ocoyucan. Este acuerdo vence el próximo 14 de octubre.
Según el expediente PFPA/3.2/2C.27.1/00017-2024, la Profepa confirmó que la empresa Profaj Hidro Limpieza S.A. de C.V. no cumplió con las medidas correctivas ordenadas en una clausura previa y operaba sin la autorización en Materia de Impacto Ambiental.
Durante una visita de inspección realizada del 21 al 24 de febrero, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) presentada por la empresa indicaba que la capacidad de recepción de residuos sólidos municipales sería de 200 toneladas diarias, lo que equivaldría a 53 mil toneladas al año. Sin embargo, la Profepa calculó que desde 2020, el relleno recibía un millón de toneladas anuales, lo que claramente superó su vida útil.
La Profepa también destacó que, aunque la empresa cuenta con una autorización para la construcción de una planta procesadora de residuos sólidos urbanos, esta resulta “irrelevante e ineficaz” para justificar que el relleno sanitario pueda seguir operando.
Por lo tanto, la Profepa consideró que permitir la continuación de las actividades del relleno representaría un riesgo inminente para el equilibrio ecológico. En cumplimiento con la Ley General de Prevención y Gestión Integral de los Residuos, así como con los reglamentos de la Profepa y la Semarnat, se determinó la clausura total y definitiva del relleno.
¿Qué medidas tenía que cumplir la empresa?
- Garantizar que la macrocelda del relleno cuente con la infraestructura para el manejo adecuado de los lixiviados, la generación de biogás y la rehabilitación del sistema de drenaje pluvial.
- Realizar un programa de monitoreo que responda a las condiciones particulares del sistema de flujo hidráulico y que permita determinar si hay algún impacto negativo en los mantos freáticos, derivado de la operación del relleno.
- Realizar un estudio técnico que determine si el sitio aún tiene vida útil, de acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental present
La clausura se produjo después de cinco meses de protestas por parte de pobladores, quienes desde el 21 de marzo habían bloqueado el acceso al basurero, acusando que representaba un foco de contaminación que dañaba el medio ambiente y el agua de la región. También señalaron la existencia de un posible contubernio entre las autoridades y la concesionaria.
La Unión de Pueblos celebró la clausura del sitio por parte de la Profepa, ya que el 3 de junio, el Juez Segundo de Distrito había ordenado a la Profepa colocar los sellos de clausura. Sin embargo, el organismo federal presentó una queja que fue desestimada el 10 de julio por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa.
El pasado 23 de julio, el secretario de Gobernación de Puebla, Javier Aquino Limón, reveló que la Semarnat y la Profepa estaban supervisando todos los rellenos sanitarios en la entidad. Aquellos que presentaran signos de contaminación serían clausurados, y tendrían que cumplir con las observaciones realizadas para poder reanudar operaciones.